BARCELONA. El tratamiento convencional del cáncer puede provocar efectos secundarios no deseados como consecuencia de una poca selectividad, y para evitarlos es importante que los nuevos tratamientos sean capaces de eliminar de forma eficiente las células cancerígenas y preservar las células sanas, han informado el Idibaps y el IRB.
Una de las nuevas terapias se basa en el desarrollo de virus oncolíticos, modificados para que solo infecten a las células tumorales, y en los últimos años diversos estudios se han centrado en su creación mediante ingeniería genética para maximizar su efecto anticancerígeno.
En el artículo, publicado en 'Nature Communications', los investigadores han desarrollado un abordaje innovador para dotar un adenovirus de una alta especificidad contra las células tumorales: "Hemos aprovechado la diferente expresión de un tipo de proteínas, las CPEB, en tejidos normales y tumorales", ha expresado el investigador del IRB Barcelona Raúl Méndez.
CPEB
Las CPEB son una familia de cuatro proteínas de unión a ARN que controlan la expresión de centenares de genes y mantienen la funcionalidad y capacidad de reparación de los tejidos en condiciones normales, y cuando cambian de expresión contribuyen al desarrollo de procesos patológicos como el cáncer.
Méndez ha explicado que se han centrado en el doble desequilibrio de dos de estas proteínas en tejidos sanos y en tumores: "Por una parte tenemos CPEB4, que en estudios anteriores demostramos que tienen una expresión elevada en células cancerígenas, y por otra el CPEB1, muy expresada en tejido normal y que se pierde en el tumoral".
El investigador ha remarcado que han aprovechado ese desequilibrio para hacer un virus que solo ataca a las células con niveles altos de CPEB4 y bajos de CPEB1, con lo que "solo afecta a células tumorales, ignorando las sanas".
La investigadora del Idibaps Cristina Fillat ha explicado que han trabajado con adenovirus, que pueden provocar infecciones de las vías respiratorias, urinarias, conjuntivitis o gastroenteritis, pero que tienen "unas características que las hace muy atractivas para ser usados como terapia frente a los tumores".
Los científicos han insertado secuencias que reconocen a las proteínas CPEB en regiones clave para el control de las proteínas virales, y se comprobó su actividad en modelos in vitro de cáncer de páncreas y se observó un control del crecimiento del tumor en ratones.
Los virus que se crearon eran sofisticados, ya que se activaban para CPEB4 pero se reprimían para CPEB1, con lo que los investigadores consiguieron una actividad viral atenuada en células normales.
Fillat ha señalado que cuando entraban en las células tumorales replicaban su genoma y "al salir destruían la célula liberando más partículas del virus, capaces de infectar, a su turno, a más células cancerígenas", y ha considerado que esta nueva aproximación es interesante ya que se trata de una terapia que se amplifique de manera selectiva en el propio tumor.