La leyenda baskonista, Pablo Prigioni, seguirá impartiendo cátedra en los Minnesota Timberwolves de la NBA, donde cumplirá siete temporadas consecutivas ejerciendo el cargo de entrenador asistente.

El preparador argentino ha despertado este verano el interés de los New York Knicks, una de las franquicias históricas de la mejor liga de baloncesto del mundo y donde ya estuvo como jugador entre los años 2012 y 2015 después de dejar el Baskonia a los 35 años.

Sin embargo, sus lazos sentimentales con el conjunto neoyorquino y el atractivo de la Gran Manzana no han sido suficientes para convencer a Prigioni para formar parte del cuerpo técnico de Mike Brown, recién llegado a los Knicks como reemplazo de Tom Thibodeau con el objetivo de proponer un baloncesto más vistoso y ofensivo.

Según informan desde Estados Unidos, Prigioni ha rechazado la oferta de los Knicks por motivos familiares, ya que su familia lleva establecida en Minnesota desde su llegada a los Timberwolves en 2019 como asistente de Ryan Saunders.

Tras ello, se mantuvo en la franquicia a pesar del cambio de entrenador en 2021 con el fichaje de Chris Finch, a quien ha acompañado desde entonces, convirtiéndose en una pieza muy bien valorada dentro de la estructura del equipo.

Después de su fallido paso por el banquillo del Baskonia tras su retirada en 2017 y de su etapa en los Brooklyn Nets en el curso 2018-19, la leyenda azulgrana, cuyo dorsal cuelga en lo alto del Buesa Arena, ha encontrado en Minnesota un lugar en el que establecerse y aprender como técnico mientras ejerce también como seleccionador en Argentina.

Prigioni ha sido parte importante en el crecimiento de los Wolves, que la temporada pasada alcanzaron la final de la Conferencia Oeste de la NBA, donde fueron eliminados por los Oklahoma City Thunder, campeones a la postre. En estos momentos tiene encomendadas tareas como la de ayudar en su crecimiento al joven base Rob Dillingham, octava elección del Draft de 2024 en quien la franquicia tiene depositadas grandes esperanzas.