“Al fin y al cabo, es el festival de género fantástico más importante del mundo”. Son palabras de Paul Urkijo en 2017, justo antes de estrenar Errementari, su primer largometraje, en Sitges, una cita que él, tanto como creador como en su papel de espectador, conoce bien desde hace años. Hace justo tres lustros presentó en este importante y reconocido certamen Jugando con la muerte, cortometraje protagonizado por el fallecido Txema Blasco. Desde aquel 2010 hasta hoy, la cita catalana ha querido contar con todo lo llevado a cabo por el vitoriano. No solo eso. De tierras catalanas, el director, guionista y productor se ha venido con premio, como el gran éxito cosechado en 2022 con Irati dentro de la Sección Oficial.
Ahora, Urkijo vuelve a encontrar en el prestigioso festival el escaparate internacional idóneo para la puesta de largo de su tercera película, Gaua. Las expectativas están por todo lo alto con esta nueva producción firmada por el autor alavés, que con su anterior largometraje batió todos los récords en taquilla convirtiendo a Irati en la película en euskera más vista y con el mejor estreno en salas comerciales. Será en octubre cuando el público de la cita catalana descubra en primera persona los secretos del filme rodado, entre otras localizaciones, en tierras alavesas.
Tras el paso por la quincuagésimo octava edición del evento, será el 14 de noviembre cuando esta nueva historia del realizador alavés llegue a las salas comerciales. Presagiar qué puede pasar es temerario, pero tanto Errementari como la mencionada Irati consiguieron un importante respaldo del público, que también se tradujo en diferentes premios en varios festivales así como en una larga lista de nominaciones a los Goya.
La conexión catalana
Fue el cortometraje Jugando con la muerte el que abrió el camino que, de manera habitual, recorre Urkijo entre Vitoria y Sitges. En aquel octubre de 2010 se presentó allí una obra rodada en distintas localizaciones de la capital alavesa como el cementerio de Santa Isabel y en el instituto de Mendizabala. Desde entonces, el realizador ha vuelto al evento en varias ocasiones.
Lo hizo cuatro años después con otro de sus cortometrajes, El bosque negro, grabado en el entorno de Maeztu. Ortzi Acosta y Txema Blasco volvieron a estar embarcados en esta aventura. En realidad, mientras Urkijo rodaba estas y otras producciones –como Naara–, él ya estaba con su primer largometraje sobre la mesa, aprovechando estas visitas al referencial festival para seguir sumando apoyos a ese proyecto.
Tres años después, en 2017, Errementari se hizo realidad en Sitges. El filme protagonizado por Kandido Uranga, Eneko Sagardoy y Uma Bracaglia tuvo su gran estreno allí, contando además con la presencia de Álex de la Iglesia, uno de los productores de la película junto a Carolina Bang a través de Pokeepsie Films. La promoción conseguida allí fue esencial para el camino que tuvo una película de la que incluso Guillermo del Toro llegó a hablar maravillas a través de sus redes sociales.
Eso sí, Urkijo no tardó mucho en volver. En plena pandemia, en la edición de 2020, puso de largo en el festival catalán Dar-Dar, creación rodada en una borda de montaña perteneciente a la localidad alavesa de Olaeta que se llevó el premio al mejor cortometraje de aquella edición.
El, por ahora, último y exitoso paso del director por el certamen se produjo en 2022. “Irati es una pagana carta de amor al género fantástico, a la mitología vasca y al cine de aventuras”, una misiva convertida en largometraje protagonizado por la alavesa Edurne Azkarate junto a Eneko Sagardoy e Itziar Ituño. Fueron dos los premios que se llevó de aquella ocasión. Uno a los mejores efectos visuales. Otro, el más importante, el galardón del público.
Aquel estreno ya puso sobre la mesa que la segunda película del vitoriano iba a romper moldes, una cinta que algún otro festival de prestigio internacional tuvo la oportunidad de estrenar, aunque no fue así porque no quería incluirla en su Sección Oficial. Alguien debe estar todavía lamentando aquella decisión. Lo que pasó después ya es una historia contada. Irati arrasó y marcó un hito histórico para el cine vasco.
Lo nuevo
Este 2025, tres años después de aquello, Paul Urkijo y sus particulares universos creativos regresan al Festival de Sitges. Gaua se empezó a rodar con el arranque de este año en diferentes localizaciones, también de Álava. Hace pocos días se confirmó el estreno en el certamen catalán, antes de su llegada a salas comerciales el 14 de noviembre.
Como en trabajos anteriores del director, Gaua transita entre los códigos de la fantasía y la realidad histórica, pero en esta ocasión se sumerge en el mundo nocturno de la mitología vasca, ambientando el argumento en el siglo XVII. La película combina el inquietante mundo mitológico de los seres nocturnos con el imaginario de la superstición rural creando un universo lleno de misterio, emoción y épica, según explican los responsables de la producción.
La película está protagonizada por Yune Nogueiras acompañada por Ane Gabarain, Elena Irureta e Iñake Irastorza. Completan el reparto Xabi Lopez, Erika Olaizola, Manex Fuchs y Elena Uriz, entre otros. Todos ellos situarán al público en las montañas vascas, en el siglo XVII. En plena caza de brujas, Kattalin huye de su marido, abandonando el caserío en mitad de la noche. Perdida en la negrura del bosque, siente una presencia que la persigue. En su camino, se topa con tres mujeres que, mientras lavan la ropa junto al río, comparten cuentos de miedo y habladurías del pueblo. Para su asombro, Kattalin acabará convirtiéndose en parte de esas mismas historias.