A la espera de que el coche eléctrico no protagonice el definitivo progreso desde la utopía a la realidad, algunos fabricantes apuestan por soluciones de compromiso que propicien una auténtica movilidad sostenible. La fórmula más factible y consensuada hoy es la que plantean los sistemas de impulsión mixta. Sin descuidar la electrificación pura, BMW complementa su oferta actual con una gama iPerformance integrada por versiones de varios de sus modelos animadas por motorizaciones híbridas enchufables. Integran esa división el Serie 2 Active Tourer 225xe, el Serie 3 330e y el X5 xDrive40e, a los que ahora se unen las variantes 740e y 740Le xDrive del Serie 7. Todas ellas empatan en prestaciones y precio con las variantes equiparables diésel o gasolina, pero ofrecen consumos, emisiones y costes de utilización inferiores.

La denominación iPerformance expresa la transferencia de la tecnología de la gama eléctrica BMW i hacia la línea de productos tradicional. La nueva clase mestiza se reconoce por sutiles toques decorativos en su contorno: el logotipo de BMW i en las aletas delanteras del coche, componentes en color azul en ‘los riñones’ que sugiere la parrilla ovoide doble y en los tapones de las ruedas, además del logotipo ‘eDrive’ sobre el pilar trasero.

Cada uno de esos componentes de la familia BMW iPerformance adopta una configuración mecánica singular. El motivo es optimizar la aportación de esta tecnología híbrida enchufable, adecuándola de forma coherente a cada modelo. El BMW Serie 2 Active Tourer 225xe coordina un motor eléctrico de 88 CV que actúa sobre el eje trasero y otro gasolina de tres cilindros con 136 CV que interviene sobre el delantero. Dependiendo de las circunstancias, aprovecha la tracción de uno o de ambos ejes, por lo que se convierte en un coche de tracción total con una potencia máxima de 224 CV.

Es capaz de progresar de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos. Puede rodar en modo ‘0 emisiones’, únicamente con propulsión eléctrica, hasta 41 kilómetros; ofrece una autonomía total de 550 km. Homologa un promedio de consumo de carburante de 2,1 litros y unas emisiones de dióxido de carbono de 46 a 49 g/km. Esta versión tiene un precio de 39.500 euros, similar al de la 225i.

En el caso del BMW Serie 3 330e, los técnicos han optado por la propulsión. Por eso ambos motores, el de gasolina (cuatro cilindros de 184 CV) y el eléctrico (88 CV), accionan las ruedas traseras. Se asocian a caja automática de seis marchas y brindan un rendimiento conjunto de 252 CV. La autonomía en modo eléctrico y en uso normal es similar a la del Serie 2 homólogo; también los son consumos y emisiones de CO2. El precio asciende a 45.300 euros, 2.900 más de lo que vale un 330i.

El BMW X5 xDrive40e combina la potencia eléctrica y térmica en ambos ejes. La complicidad del primero de estos motores (113 CV) con el segundo (cuatro cilindros de 245 CV) obtiene una potencia total de 313 CV. Con ella consigue llegar a 100 kilómetros por hora en 6,8 segundos. Ofrece 830 km de autonomía total, 31 sin emisiones. Reclama al menos 3,3 litros a los cien y expele 77 g/km de CO2. Cuesta exactamente lo mismo que su alternativa diésel: 73.500 euros.

Cierra el reparto BMW iPerformance la nueva versión híbrida enchufable del Serie 7. Su motor desarrolla 326 CV, puede recorrer entre 41 y 48 kilómetros de forma 100% eléctrica. Acredita un consumo medio ideal de combustible de 2,0 a 2,5, expeliendo entre 45-56 g/km de CO2. La carrocería corta cuesta 102.500 euros y la larga con tracción xDrive 110.900. Un 750i sale por 134.000 euros.

En algunas comunidades y en localidades concretas, estos automóviles gozan de las mismas ventajas de los modelos puramente eléctricos. Así pues, pueden transitar por carriles o zonas de circulación restringida, incluso estacionar de forma libre y gratuita en la calle.

Los BMW iPerformance pueden recargar su batería de iones de litio en una toma doméstica; dependiendo de la conexión, la operación puede llevar entre dos horas y veinte minutos hasta ocho horas largas. En un punto de carga rápida, bien público o bien instalado en el propio domicilio (Wallbox), el trámite se llega a reducir hasta menos de hora y media.