vitoria. Iñaki López volverá a conectar con los espectadores de ETB-2 el lunes 19 de septiembre. En esta ocasión, El conquis se aleja de La Patagonia y se centra en el Aconcagua. En el debate de esta versión de El conquistador, los concursantes explicarán semana tras semana cómo han vivido la ascensión, sus emociones y sus sensaciones. La aventura vuelve a Euskal Telebista. Una aventura que López está pensándose en vivir en primera persona, aunque para ello tiene que vencer algún que otro reparo.

Una vez más con 'El conquis' a vueltas.

Y que no nos falte. Tal y como están las cosas y con la que está cayendo, trabajar en un programa que funcione es una lotería. Vamos por el segundo debate sobre el Aconcagua.

¿No le da envidia Iantzi escalando el Aconcagua y usted viviendo la aventura en diferido?

Que sepas que estoy recibiendo presiones por parte de la productora para que un año de estos me acerque yo al Aconcagua.

¿Se va a resistir a las presiones?

Lo que pasa es que me da una pereza terrible. Mientras haya trabajo en plató prefiero bregar aquí antes que tener que enfrentarme a la imponente presencia de Juanito Oiarzabal.

No me diga que le da miedo Oiarzabal.

Miedo, miedo, no me da; pero tú imagínate lo que tiene que ser comer, dormir y levantarse con ese hombre...

Dicho así...

Uff, lo que tiene que ser que sea él que haga de guía por esas cumbres con el carácter que gasta. Prefiero tenerle en el plató de invitado que es más mi elemento y mando yo. Estar de subalterno de Juanito es duro.

¿Ha estado alguna vez a las ordenes de él?

No, Dios me libre. Juanito es un tío encantador, pero es todo carácter...

Arréglelo ahora.

Es un torbellino. Es muy majo, pero es un todo un carácter y un carácter bastante cambiante. Pasa de la alegría al enfado a una velocidad sorprendente. Me descoloca bastante y sabiéndose en la montaña amo y señor del territorio es duro. Una de las dificultades a las que se enfrentan los concursantes de El conquistador del Aconcagua, es sobrevivir a Juanito Oiarzabal. La cumbre me parece secundaria teniendo en cuenta que él está allí.

¿Qué le parece más difícil sobrevivir al Aconcagua o a las audiencias?

Creo que sobrevivir a las audiencias es bastante más complicado que sobrevivir al Aconcagua. Juanito es un profesional que te sube y te baja de la montaña y tú te lo has ganado. Las audiencias son caprichosas, no responden a nada concreto, a nada predecible, no es una ciencia exacta, nunca se sabe lo que va a gustar o no. Hay programas con inversiones multimillonarias que parecen que van a triunfar y no. Ni siquiera el dinero te van a asegurar las audiencias.

¿Hay en ETB programas con presupuestos multimillonarios?

No creo, me extrañaría mucho que en ETB hubiera programas con presupuesto multimillonario con la que está cayendo. Supongo que no. Incluso si cuentas las luces de plató, seguro que tenemos un cuarenta por ciento menos que el año pasado. La verdad es que no creo que haya programas con dispendios en ETB. Todas las productoras se han ajustado mucho el cinturón, los presentadores con ellas y los equipos técnicos también.

¿No exagera?

Se mira hasta el último céntimo. Hasta la cantidad de jamón que se pone a los invitados seguro que ha mermado en un treinta por ciento. Y ya ni siquiera es de bellota.

¿Antes sí lo era?

Antes se les ponía unos jamoncitos de Jabugo estupendos, ahora no me extrañaría nada que se les pusiera jamón dulce y vino del año, no de crianza. Ha habido que restringir mucho, pero respetando unos mínimos de calidad. Y te diré eso de virgencita que me quede como estoy. El futuro se plantea muy negro.

El Aconcagua y el 'Fin del Mundo', ¿qué prefiere?

De momento me quedo con El conquistador del Fin del Mundo. Me parece un programa más completo, pero te estoy hablando sin haber visto ni un minuto del programa del Aconcagua. Sé que este año en el Aconcagua va a haber más pruebas, va a haber eliminados desde la primera edición. Va a haber pruebas realmente duras. Además, este año esta aventura tiene un nuevo aliciente y con morbo.

¿Morbo? ¿Cuál?

Tenemos a Mikel Goñi. Ver la lucha de egos entre Goñi y Oiarzabal en el plató es el mayor morbo que puede haber en una aventura como esta. Sobre todo con Julian Iantzi metido ahí. Creo que Goñi ha tenido más problemas con Iantzi que con el propio Oiarzabal.

Parece que esta edición promete, ¿no?

Yo creo que a partir de los 3.000 metros las masas de concursantes se le empiezan a rebelar a Iantzi que se las ve y se las desea para contenerlas.

¿Le da pena Julian Iantzi?

A veces sí. No he visto mucho del Aconcagua, apenas unas imágenes sueltas, y Iantzi ha tenido broncas y desencuentros con Mikel Goñi, ha tenido que sufrir los habituales cambios de carácter -son como el tiempo en Euskadi-, de Juanito Oiarzabal. Tiene que lidiar con la permanente acusación de una mano negra de todos los concursantes que pierden pruebas suponen que hay... Pobre Iantzi, además, con esa falta de oxígeno que hay a partir de los 5.000 metros. Antes me preguntabas si le envidiaba, pues no.

Seguro que ha empezado usted a prepararse físicamente para subir al Aconcagua.

Eso lo dices porque me ves preparado físicamente, pero es por mí mismo. Creo que las peñas de Aia marcan el límite en mi subida vertical y quién sabe si algún día me animo. De momento, ahí queda.

Antes hacía un programa de lunes a viernes, ahora tiene mucho tiempo libre, ¿a qué lo dedica?

Lo dedico a tratar de profundizar un poco más en lo que es el mundo de la televisión con gente que conozco y que son de productoras. Nos hemos puesto a escribir sobre televisión, de momento es un hobby.

¿Echa de menos la televisión diaria?

Me he sacado el carné de moto, me he comprado una moto, me he dedicado a escribir, a dibujar... Pero la televisión diaria es lo que más he hecho desde el año 93 en Telebilbao. Es verdad que la semana se me hace extrañamente larga. En ocasiones, incluso he compaginado la televisión diaria con un programa semanal. Estaba acostumbrado a la jornada diaria de siete horas y tres de programa y ahora te notas extraño, pero hay otras cosas. Sobre todo, la televisión es así de cambiante.