El Campeonato de España de Patinaje Artístico y Sincronizado de este fin de semana en Logroño contará con representación alavesa. Se trata de Naroa Egea, Maider Llanos y Nora Sáez de Maturana, todas ellas integrantes del Bipolo, quienes confían en desempeñar un buen papel en el evento que se disputará entre el 13 y el 15 de diciembre.

“Llego con buenas sensaciones al campeonato. Antes de este hemos disputado varias pruebas más y me he encontrado bien”, declara Nora, quien, además de lograr dos buenos programas, quiere conseguir el mejor puesto posible y se ve “con opciones” de repetir en el podio.

Nora, Naroa y Maider, patinadoras del Bipolo Pilar Barco

Maider, más allá de lograr un crecimiento sobre la pista, tiene la intención de vivir la experiencia al máximo: “Quiero pasármelo bien y disfrutar”. Los nervios no les jugarán una mala pasada, pues, aunque reconocen sentirlos, se sienten “bastante seguras en comparación a otros años”.

Naroa piensa lo mismo que su compañera Maider. Ambas coinciden en que se encuentran en una categoría con “un nivel muy alto”. “En las anteriores competiciones he conseguido buenos programas y en este quiero intentar lo mismo”, agrega.

De izquierda a derecha, Nora Sáez de Maturana, Naroa Egea y Maider Llanos posan en la pista de hielo del Bakh en su entrevista con este periódico. Pilar Barco

De hecho, todas ellas albergan opciones de ir a un campeonato por Europa, aunque son conscientes de que el nivel estatal, comparado con el de otros países del Viejo Continente, “se queda bajo”.

Ninguna de ellas supera la mayoría de edad y todas compaginan los estudios con el deporte de rendimiento. Para ellas, la organización de la semana es clave; de lo contrario, resulta inviable sacar adelante el bachillerato o la ESO. “Entre los entrenamientos solemos tener una hora para aprovecharla. En casa hacemos lo que podemos”, recuerda Maider, la menor de las tres.

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Tres alavesas en el estatal de patinaje artístico sobre hielo Cedida

Sacrificio

Maider, Naroa y Nora se ejercitan todos los días, de lunes a sábado, con entre dos y tres sesiones por jornada. “A la mañana, cada una, en función de sus horarios de clase, entrena a una hora u otra. Al mediodía hay dos entrenamientos, uno a las 14.00 y otro a las 16.00, y a las 19.00 tenemos un entrenamiento general”, precisan.

“El buen rollo que tenemos entre las patinadoras es lo que más me anima para venir a la pista”

Nora Sáez de Maturana - Patinadora del Bipolo

Eso sí, las tres tienen claro que los estudios van primero. “Es difícil y hay que priorizar”, reconocen. “Todas priorizamos nuestros estudios, manteniendo las horas de entrenamiento”, agregan. “No es que haya mucho tiempo para salir con las amigas. Si competimos fuera de Vitoria, que es lo habitual, pasas todo el tiempo fuera”, recalca una resignada Naroa, ya que el grueso de los campeonatos se celebran fuera de Álava.

En cualquier caso, al tratarse de una semana previa a un campeonato, la distribución de las cargas sí que es diferente. “Entrenamos las mismas horas, pero los dos días previos son sesiones más ligeras. En vez de hacer el programa entero, lo hacemos por trozos para no cansarnos”, desvela Nora.

Nora Sáez de Maturana Pilar Barco

Cada una de ellas lleva patinando más de una década. Toda una vida por y para el patinaje artístico sobre hielo, un deporte minoritario en Álava. Ellas representan tres admirables ejemplos para su generación y también las que están por venir.

Además, los inicios de las tres en este deporte guardan historias muy curiosas, como la de Naroa. “Yo empecé por la película Frozen”, recuerda entre bromas de sus compañeras. “Me gustó, quise probar en unas clases que impartía el Ayuntamiento y aquí estoy”, añade.

“Es un deporte individual, pero fuera de la pista hacemos mucho equipo, nos ayudamos entre nosotras"

Naroa Egea - Patinadora del Bipolo

Nora, mientras tanto, lleva los deportes de hielo en la sangre. “Toda mi familia se ha dedicado al hielo. Mi hermano mayor hacía hockey y me tocaba venir a verle. Como en ese momento hockey y patinaje compartían la pista, veía a las chicas y quería hacer lo mismo que ellas. Le monté un berrinche a mi padre en la pista porque no me quería apuntar, y 13 años después aquí sigo”, rememora con cierta nostalgia.

“Es un deporte individual, pero fuera de la pista hacemos mucho equipo, nos ayudamos entre nosotras"

Naroa Egea - Patinadora del Bipolo

Maider, por su parte, es más concisa respecto a sus inicios en este deporte. “Mi hermana patinaba, así que yo también”, decidió un buen día hace cerca de una década.

Naroa Egea, patinadora del Bipolo Pilar Barco

Un deporte “costoso”

Queda fuera de toda duda, por lo tanto, que el patinaje artístico sobre hielo es un deporte sacrificado. No solo para las atletas alavesas, quienes son capaces de compaginar las gélidas sesiones de entrenamiento con su vida personal, sino también para sus familias. El material que se requiere no es precisamente barato, aunque este deporte conlleva luego más costes.

“No es solo el material, las competiciones y los entrenamientos también conllevan un gasto”, apunta Nora, la mayor de las tres. “De hecho, hay que pagar bastante”, se suma Naroa. En cuanto a las botas y las cuchillas, deslizan que “si son buenas, de 600 no bajan, pero tienes que comprarte los protectores, la ropa térmica y los vestidos”. “Es un deporte caro”, coinciden en definitiva.

“Las amistades que formas es lo que más me gusta del patinaje, nos apoyamos entre todas”

Maider Llanos - Patinadora del Bipolo

Las tres también se muestran optimistas respecto al crecimiento del Bipolo. Es complejo sumar más adeptos a los deportes de hielo en un entorno en el que el fútbol y el baloncesto están tan arraigados, pero todas ellas ven que “hay más gente”, si bien “el salto de escolares a competición es complicado” debido a los exámenes que se realizan.

Maider Llanos, sonriente en la pista de hielo del Bakh Pilar Barco

Nora, Naroa y Maider son dirigidas por Alicia Sádaba e Igor Sinyutin. “Son exigentes, pero los dos son indispensables para nosotras”, aseguran. “Nos corrigen por igual, pero hacemos más horas con Igor que con Alicia”, precisan.

Días antes de poner rumbo a Logroño, las tres desbordan motivación por todos los poros. Qué duda cabe de que el patinaje artístico sobre hielo es su vida. “El buen rollo que tenemos entre las patinadoras es lo que me anima a venir a la pista. Y ver cómo poco a poco mejoras”, aclara Nora. “Es un deporte individual, pero fuera del hielo hacemos mucho equipo. En lo que no se ve, es todo trabajo de grupo. Cuando alguien está mal, todas nos ayudamos entre nosotras”, recalca Naroa. Maider, finalmente, insiste en que “nos apoyamos mucho entre todas” y que “las amistades que formas” te hacen venir cada día a entrenar.