Urkullu ha agradecido a los 300 familiares presentes en el homenaje su esfuerzo por conservar "el buen nombre, la dignidad y la memoria" de todas las víctimas "impunemente fusiladas" en la Guerra Civil y la postguerra. "Defendieron una causa justa: la libertad, la defensa de su país y su autogobierno, la justicia social, los principios y los valores democráticos", ha asegurado.
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