La vivienda es un tema que preocupa mucho a la ciudadanía en la actualidad. Además de la escasa oferta, precios desorbitados y alquileres imposibles, hay otro fenómeno que enciende las alarmas, sobre todo para los propietarios de un inmueble: la ocupación ilegal, algo que ha ido a más en los últimos años. 

Aunque existen mecanismos legales para hacer frente a este problema, la falta de garantías de éxito empuja a dueños de viviendas a tomar medidas para solucionarlo por otros medios. Hablamos de un truco relacionado con la posesión de armas. 

Armas de por medio

Lejos de promover la violencia o el uso de armas, este recurso permite que, cuando una casa es ocupada y en su interior hay un arma de fuego registrada legalmente, se produce una especie de delito relacionado con la tenencia ilícita de armas por parte de los okupas.  

Ante las autoridades policiales, el propietario del inmueble debe hacer saber que dentro del hogar cuenta con un arma legal. Es decir, este debe notificar que su piso está ocupado y que hay un arma en su interior. 

Más tarde, las fuerzas de seguridad podrían considerar que terceras personas tuvieran un arma en sus manos. Se trata de una infracción recogida en el artículo 564 del Código Penal, que castiga la tenencia ilícita de armas.

Gracias a esto, las víctimas de la ocupación ilegal pueden actuar ante la ley con rapidez y eficacia, pues constituye un delito de gravedad que va más allá de la mera usurpación de un inmueble. 

Usurpación vs. posesión ilícita de armas

Por norma general, la ocupación ilegal de una vivienda vacía se considera un delito leve de usurpación, al igual que un calvario legal para el propietario, pues es diferente a un allanamiento de morada. 

No obstante, el hecho de que la casa tenga un arma en su interior representa un claro peligro para la seguridad, algo que da vía libre a las autoridades a actuar con urgencia para así evitar males mayores. 

La Ertzaintza trata de dialogar con uno de los okupas de una vivienda. Miguel A. Pardo

Ventajas para propietarios responsables

Cabe mencionar que esta ley sólo se aplica a propietarios que posean armas con sus licencias correspondientes y que cumplan con la normativa. Asimismo, estas deben guardarse en lugares seguros y comunicar cualquier tipo de sustracción o pérdida.

Del mismo modo, se tendrán que realizar los trámites pertinentes cuando las autoridades e instituciones así lo exijan. Tampoco podemos olvidar que incumplir las normas acarrea sanciones legales y administrativas. 

Consecuencias de la ocupación ilegal

Este fenómeno puede traer conflictos entre los propietarios y los inquilinos u ocupantes, además de alterar la convivencia en la comunidad. Los dueños pueden sufrir pérdidas económicas o daños a la propiedad, impagos y otras consecuencias.

  • Marco legal 

Dependiendo de la legislación, la desocupación puede ser un proceso largo y caro porque, a veces, las ordenanzas locales no son claras respecto a cómo proceder. 

  • A nivel inmobiliario 

La ocupación ilegal puede generar rechazo a la inversión inmobiliaria y repercutir en el mercado de alquileres. Aún así, existen colectivos que defienden esto como respuesta a la especulación inmobiliaria.

  • En el plano social 

En el panorama urbanístico, las viviendas ocupadas pueden deteriorar los barrios, creando inseguridad y otro tipo de problemas  a largo plazo. 

  • El debate 

El problema de la okupación, lejos de resolverse, sigue estando muy vigente. Algunas personas exigen leyes más duras y procedimientos ágiles para poder expulsar a los delincuentes, mientras que otras no le dan la importancia que debería merecer. 

Un recurso legal eficaz pero con limitaciones

Si bien este truco es muy eficaz en la mayoría de los casos, se debe recurrir a él en situaciones determinadas y siempre que las condiciones legales se cumplan. Y no olvidar que se debe realizar bajo la ayuda de las autoridades competentes, sin tratar de desalojar por cuenta propia a los delincuentes.