El tiempo vuela. Se cumplen 22 años de un momento inolvidable en la historia de la televisión. Y esos años se ven en la juventud que mostraba entonces, allá por el año 2000, Carlos Sobera, el presentador, en el clásico ¿Quién quiere ser millonario?, que se emitía en Telecinco. Un programa que ponía en juego 50 millones de pesetas (300.000 euros).

Para alcanzarlos los concursantes debían responder correctamente quince preguntas con cuatro opciones cada una. Y contaban con tres comodines: reducir a dos opciones una pregunta, sondear al público sobre qué respondería y realizar una llamada a alguien de confianza.

Lo habitual era quedar eliminado con un fallo o plantarse con cantidades inferiores al premio máximo. Pero Enrique Chicote no sólo se llevó los 50 millones, sino que lo hizo con una enorme solvencia. Tanto que se permitió el lujo de utilizar el comodín de la llamada en la última pregunta, pero no para obtener ayuda, sino para comunicar a su esposa, Maribel, que iba a volver a casa con todo el dinero.

La pregunta era: ¿De qué fruta se obtiene la copra? Y tras aplicar el comodín del 50% le quedaban dos respuestas: Cereza y Coco. Y ahí es cuando llamó a su mujer y con toda la frialdad del mundo le dijo: “Maribel, te llamaba para decirte que me voy a llevar 50 kilos”. Su esposa no entendía nada, entendía que la llamaba para que lo ayudara con la pregunta. “¿Pero qué quieres decir, que ya has ganado?, decía ella. “No, todavía no, tengo que acertar la pregunta pero me la sé”, afirmó, ante la locura del público.

Y la respuesta Coco le dio efectivamente los 50 millones de pesetas en un momento que ya es historia de la televisión. Porque además Chicote fue el único concursante que se llevó el máximo premio.