en este tiempo ha sucedido de todo: se han abierto canales, se han cerrado, se agudizó la fragmentación, se inició la desfragmentación, se batió el récord de consumo diario de televisión, descendió la inversión publicitaria (que ha iniciado una tímida recuperación), las Temáticas de Pago cayeron para recuperarse con fuerza, ha llegado Movistar como una apisonadora y, tras adquirir la Fórmula 1 y la Moto GP ha seguido comprando derechos deportivos, ha puesto en marcha un canal de series y para este año anuncia su primera ficción propia; y, finalmente, tras muchos titubeos, en octubre aterrizó el vídeo club on line Netflix. Hay asuntos que van y vienen, pero hay uno en el que se podría haber traspasado el punto de no retorno: ¿qué va a pasar con las televisiones públicas? En 2011, TVE-1 fue líder de audiencia por última vez con el 14,5% de cuota. Hace poco más de una semana cerró el año con la pérdida de los dos dígitos y el mínimo histórico de sus sesenta años de vida, el 9,8%, si bien la Corporación RTVE mantiene el resultado del pasado año (16,7%) para el conjunto de sus cadenas. También se aleja del liderazgo informativo. En cuanto a los canales de la Forta -con sobresaltos para no olvidar en Madrid y la Comunidad Valenciana-, los números no mienten: las mediciones de Kantar Media les daban un 10,4 en 2011 que se ha quedado en un 7,5%. Y bajando...
Fútbol y Eurovisión
Javier López, Gerente de Análisis de Barlovento Comunicación, explica a DNA que esta caída se debe “fundamentalmente a que sus presupuestos se han reducido en los últimos tiempos -y en este contexto de máxima competencia, acceder al contenido es costoso-, pero también a otro tipo de servidumbres, como las políticas”. Si la debilidad de las televisiones públicas es coyuntural o irreversible se verá pronto. Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de Televisión, cree que los últimos gobiernos “no han pretendido cerrar TVE, sino conducirla hacia la irrelevancia. Es un mal asunto: un país moderno necesita una televisión pública centrada en los problemas de los ciudadanos, que preste un servicio social y conviviendo (aunque siempre habrá roces) con las cadenas privadas”.
Curiosamente, en el ranking de espacios más vistos en 2015, los cinco primeros se emitieron en TVE-1: cuatro fueron fútbol de Champions y el otro, las votaciones del Festival de Eurovisión. Sin esos derechos deportivos, que tanto irritan a las privadas, ¿con qué audiencia habría quedado La 1? Según Javier López, “la Champions, la Liga y la Selección han aportado a La 1 durante el 2015 alrededor de 3 o 4 décimas de share”, o sea que no han sido definitivos en el ranking final. De los 50 espacios más vistos en 2015, 21 no fueron deportes. En 2011 sólo fueron 16. “Que haya más o menos emisiones deportivas en ese top anual está en función de si hay Mundial de Fútbol, Eurocopa, de si los equipos españoles llegan lejos en la Champions, etc.”
El año pasado también fue el primero en que se distribuyó el dato de consumo en diferido. ¿A qué cadenas ha beneficiado la medición de los siete días siguientes a la emisión original? Según el Gerente de Análisis de Barlovento, “es pronto para sacar conclusiones. Más que a cadenas, ha beneficiado a géneros televisivos concretos, como la ficción. El Ministerio del Tiempo o La que se avecina, por ejemplo, obtuvieron 200.000 espectadores más de media en diferido por cada emisión”. En 2012, 2013, 2014 y 2015, el liderazgo ha sido para Telecinco y este último año, todos y cada uno de los meses. ¿Para qué cadenas ha sido claramente malo? “La 1 (9,8%) y el grupo de autonómicas (7,5%) han registrado su cuota anual más baja. Por el contrario, La Sexta, 24H, FDF-T5, 13TV, Divinity, Discovery Max, Energy y Paramount Channel marcaron o igualaron, según el caso, su propio récord”.
Si sólo se miran las dos cadenas más grandes de los grupos privados, Telecinco y Cuatro han sumado 22% de cuota y Antena 3 y La Sexta, 20,8, es decir, 1,2 puntos de diferencia. “La lucha entre los segundos canales de ambos grupos es muy interesante, los dos están inmersos en una tendencia positiva que dura varias temporadas. La Sexta incluso ha marcado en 2015 su récord histórico anual (7.4%). ¿Y qué pasa con la tan citada fragmentación? ¿Cuándo empezó? ¿Ha acabado? Javier López afirma que “es difícil fechar con concreción el punto más alto de fragmentación, pero probablemente podamos situarlo en 2013, cuando la suma de La 1, Telecinco y Antena 3 fue la menor de la historia (37,1%), al mismo tiempo que el grupo de las llamadas cadenas Temáticas TDT consiguió máximo anual (30.8%). Desde entonces la tendencia ha cambiado ligeramente, pues la suma de las tres grandes generalistas ascendió al 38,0% en 2015 y el grupo de Temáticas TDT descendió al 26,7%. Más claro está el apartado de inversión publicitaria: “El récord en televisión en un año fue en 2007 con casi 3.500 millones de euros; desde entonces la tendencia fue muy negativa hasta caer a los aproximadamente 1.700 millones de 2013. Ahora llevamos dos años de incremento y el 2015, aún no cerrado, podría quedar en torno a 2.050 millones”.
En cuanto al tan traído y llevado duopolio, hay que admitir que la denominación no es incorrecta. Mediaset y Atresmedia se llevaron el año pasado el 58% de audiencia y el 86% de publicidad. “Desde que se concretaron las fusiones, los dos grandes grupos acaparan porcentajes de inversión publicitaria cercanos a esa cifra, que a corto plazo no parece vayan a cambiar en exceso. Respecto al share, no deberían producirse tampoco muchas variaciones, ya que más allá de la llegada de los nuevos canales de Atresmedia (Atreseries) y Mediaset (aún por determinar) y de los otros adjudicatarios de licencias (Secuoya, Kiss y Real Madrid), no se vislumbran grandes vuelcos”, vaticina este directivo de Barlovento. Otro tema relevante de 2015 fue el aumento de la televisión de pago, del 17,4 al 18,8 y más de 5,3 millones de hogares abonados. “La televisión de pago está en movimiento, en fase ascendente. Su cuota de pantalla ha subido por segundo año consecutivo, pero el principal indicativo de su ascenso es el número de abonados. Hay que diferenciar el grupo de Cadenas Temáticas de Pago con el consumo a través de plataformas de pago (donde también se ven las grandes cadenas generalistas). Movistar está apostando fuerte, no sólo creando un canal (#0) que se estrenará el 1 de febrero, sino también fijándose como objetivo la creación de contenidos propios. La comercialización conjunta de servicios audiovisuales (Internet, teléfono, televisión) ha espoleado las cifras de abonados. En el caso de Movistar están próximos a los 4 millones de hogares y en el de Vodafone, a los 800.000”.
Descenso del consumo
En cuanto al consumo, se ha vuelto a 234 minutos diarios, como en 2010 (a los que se suman tres minutos de Visionado en Diferido, haciendo un total de 237); lejos de los 246 de 2012. ¿Es porque hay más dinero para otras formas de ocio, por la multiplicación de ventanas,...? “Por todo un poco: mejor tiempo, menos crisis, diversidad de ocio, reducción de canales, multiplicación de pantallas,... Pero 234 siguen siendo muchos minutos, que señalan la importancia capital de la televisión como transmisor de entretenimiento e información”. En este escenario volátil, hay cosas con las que siempre se puede contar: la diferencia entre hombres (221 minutos) y mujeres (247). “La mujer siempre ha sido mayor consumidora de televisión, es un dato que se repite de forma persistente”. Otros clásicos que se repiten son que Telecinco es una cadena de mujeres y Antena 3, de hombres. “Los perfiles de audiencia de cada cadena son poco variables. Telecinco es la más escorada al sexo femenino, pero también se inclinan hacia la mujer Antena 3 y La 1. La Sexta y Cuatro son más vistas por los hombres. Respecto a los días de la semana, Telecinco es líder de lunes a viernes por quinto año consecutivo y Antena 3, sábados y domingos por cuarto año seguido”. Datos fijos en tiempos cambiantes.