SAN FRANCISCO. Williams anunció el sábado que renunciaba temporalmente a su puesto como presentador del noticiero estrella de NBC, tan solo unos días después de admitir que, en contra de lo que sostuvo en varias ocasiones, el helicóptero en el que viajaba en Irak en el 2003 no había sido alcanzado por lanzagranadas, sino que seguía a una aeronave que resultó impactada.

La confesión, a la que se vio forzado después de que un ingeniero que viajaba en el helicóptero atacado cuestionase en Facebook su testimonio, ha originado un meticuloso escrutinio sobre su carrera.

"No sé qué me pasó por la mente que me hizo confundir una aeronave con la otra", dijo al disculparse públicamente el miércoles ante los telespectadores, insinuando un lapso de memoria que se ganó duras críticas en las redes sociales.

"Supongo que asumí que todas las aeronaves habían sufrido algún daño porque todos aterrizamos", afirmó en una entrevista con el periódico militar "Star and Stripes" publicada íntegramente este lunes.

El de Irak no es, con todo, el único capítulo controvertido en su carrera.En 2005, por ejemplo, aseguró haber visto un cadáver flotando frente al hotel en el que se alojó en Nueva Orleans tras el huracán Katrina y por cuya cobertura informativa NBC recibió un Premio Peabody, el equivalente a los Pulitzer de radio y TV.

La gerente del Ritz Carlton en el que se hospedó sostiene que ni ella ni ninguno de los empleados del hotel vio ningún cadáver flotando en las inmediaciones del edificio, ubicado en un barrio que apenas sufrió inundaciones.

A ese episodio se suman las declaraciones de Williams sobre un suicidio en el estadio Superdome de Nueva Orleans tras el Katrina.

El presentador de 55 años afirmó en un documental en 2005 que no había sido testigo de la tragedia, relato que alteró el año pasado, cuando dijo que había presenciado, en directo, cómo un hombre se lanzaba al vacío desde la parte más alta del estadio.

NBC ha reaccionado con sorpresa ante lo sucedido y dice haber abierto una investigación sobre esas faltas de congruencia.

La columnista del diario New York Times Maureen Dowd asegura, con todo, que los que ahora se rasgan las vestiduras conocían de sobra la tendencia patológica de Williams a la exageración."Los ejecutivos de NBC fueron alertados hace un año de que Brian Williams inflaba constantemente su biografía", afirmó Dowd en un artículo publicado este fin de semana, en el que dice que los relatos hiperbólicos de Williams eran incluso objeto de bromas entre sus compañeros.

"No había nadie que lo mantuviese a raya", dijo a la columnista un periodista de la división informativa de NBC.

Para Dowd, lo ocurrido es sintomático de la trivialización de los noticieros televisivos, plagados ahora, dice, de narcisismo, vídeos de gatos y perros e historias sobre las inclemencias meteorológicas.

Lo ocurrido con Williams y la reacción de NBC recibió también este lunes una dura crítica de la revista Time, que lamenta el que nadie en la organización diese antes la voz de alarma y mantiene que la forma de arreglar las cosas no es una investigación interna."Williams debería de hablar, no con los propios miembros de su equipo o (el humorista) David Letterman, sino con otros periodistas", sostiene Time.

Para Time, NBC y Williams tienen un problema de credibilidad y solo una política de total transparencia logrará enmendar lo sucedido.

Williams, mientras tanto, se despidió este sábado diciendo que regresará y que, a su vuelta, continuará trabajando para "merecer" la confianza de los que creen en él y en su cadena.