MAdrid. Telecinco hizo pública ayer una nota en la que calificaba de "machista" y "xenófobo" al presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), Fernando González Urbaneja. "Machista", por las declaraciones que hizo el pasado verano contra la periodista de esta cadena Sara Carbonero, y "xenófobo", por las que hizo ayer contra el consejero delegado de la cadena de Fuencarral, Paolo Vasile. En una conferencia pronunciada en el Fórum de la Nueva Comunicación, y tras referirse a la crítica situación por la que atraviesan los medios de comunicación en el Estado, Fernando González Urbaneja opinó que el hecho de que tras la fusión con Telecinco, CNN+ haya sido sustituido por el programa Gran Hermano, es una tragedia, y añadió: "A Paolo Vasile deberían extrañarlo de España". Añadió que este cambio es una "metáfora" y "el chiste final" del tipo de televisión que defiende Vasile". "Que el personaje este, Vasile, sea el que lleve esto, es porque algunos pecados habremos cometido", subrayó. En su nota, Telecinco rechazó las declaraciones sobre el primer ejecutivo del grupo audiovisual "más importante de nuestro país", y agregó: "Son ya pocas las manifestaciones abiertamente intolerantes que le quedan por vomitar al presidente de la APM". La cadena insistió en que no ha tenido ninguna responsabilidad en el cierre de CNN+, un dato -mantiene Telecinco- "que el representante de los periodistas madrileños conoce sobradamente".
"el peor año" Urbaneja aseguró que el año 2011 "va a ser el peor para la profesión" y criticó a un sector "que trata a la gente a patadas". "La crisis nos ha dejado atónitos y resignados. Hay derrotismo en los profesionales y los medios; masoquismo, autoensañamiento, fatalismo paralizante que va bien para los vagos", aseguró el presidente de la APM. Uno de los problemas que citó fue la falta de proyectos y añadió que "estamos mal por ofuscación. Todo se limita a despidos, ajustes, y esto se está llevando por delante capacidad y empleo". Para Urbaneja, las redacciones han estado "sobredimensionadas y ahora llegan los ajustes, que se plantean con exceso, con daños evitables" y criticó los eufemismos con los que se envuelven los despidos al llamarse "plan de eficiencia corporativa", que "no son más que planes para desmontar empresas que, en otro tiempo, fueron ejemplares". "En España, lo primero es despedir. Reducir plantillas es tan obsesivo como innecesario. Se arreglarán las cuentas, pero las consecuencias son devastadoras e inciden negativamente sobre la marca", concluyó.