Navidad sin culpa: comer bien sin obsesionarse
Consejos prácticos para vivir la Navidad sin remordimientos: más disfrute, menos culpa y cero comparaciones
Se acerca la Navidad y nuestras buenas intenciones de cuidar lo que comemos suelen quedarse en un rincón. Las comidas familiares, con amigos, las salidas para comprar o pasear por el centro nos pueden llevar a una cierta sensación de descontrol. Y es fácil que aparezca la culpa. Pero no tiene por qué ser así. Te traemos varios consejos para estas Navidades, siguiendo las pautas de Eider García de Albéniz, nutricionista y dietista. Una forma de vivir la Navidad sin culpa y, sobre todo, sin comparaciones innecesarias.
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Come sin prisas
Una pauta simple y eficaz es comer sin prisas. Bajar el ritmo, hablar más y masticar con calma ayuda a percibir la saciedad de forma natural. Es un gesto pequeño que mejora la experiencia y te devuelve al centro de la comida familiar, sin obsesionarte con el control del plato.
No cambies tus horarios
Saltarse una comida previa para “compensar” rara vez funciona. Solo provoca hambre y hace que comas más de lo previsto.
Evita el sedentarismo
Este consejo es importante todo el año, pero especialmente en Navidad. No se trata de machacarte en el gimnasio, sino de evitar el sedentarismo típico de estas fechas. Puedes dar un paseo, hacer un recado a pie o dedicar unos minutos a actividad suave. Así equilibras sobremesas largas y cambios de rutina.
No uses el ejercicio para “compensar” una **comilona”. Quemar calorías en exceso puede generar una relación poco sana con la comida.
Mantén los dulces a raya
Los dulces son la tentación de estas fechas. Un truco útil: disfrutarlos solo en días especiales, sacar una ración modesta y guardar el turrón y los polvorones el resto del tiempo. Así evitas la sobrealimentación y mejoras tu relación con el dulce.
Bebe con moderación
En las fiestas, el alcohol y los refrescos forman parte de celebraciones. La recomendación: hidratarse bien con agua, caldos o infusiones. Beber un par de vasos de agua por cada copa ayuda a controlar la cantidad de alcohol y a suavizar sus efectos. Es un hábito fácil de aplicar, especialmente en comidas largas o rondas de brindis.
Come de todo pero menos
Para no pasarte con la comida y evitar subir de peso, sirve raciones moderadas. Puedes comer de todo, pero en pequeñas cantidades. Evita repetir aunque tengas la bandeja a mano. Así disfrutas de la comida sin sensación de pesadez ni culpa.
Planifica un menú equilibrado
Organizar un menú navideño con invitados puede ser un reto. Sugerencia: preparar primeros platos suaves, como cremas de verduras, ensaladas con toque especial o aperitivos ligeros. Los segundos pueden apoyarse en preparaciones sencillas (horno, vapor o plancha) que mantengan el sabor sin recurrir a salsas pesadas. Los postres con cítricos, como piña o naranja, facilitan una digestión ligera antes de los dulces, cortados en porciones pequeñas.
La comida no es un examen y tampoco lo es la Navidad. Pon el foco en el resto del año, en crear rutinas de alimentación sana y ejercicio, y disfruta de estas fiestas.