Desde este año, Mikel Fernández Calleja ostenta la alcaldía de Navaridas, un municipio de apenas 200 habitantes. Era la primera vez que se presentaba a unas elecciones y esperaba entrar como concejal, pero lo que no se imaginaba era terminar como alcalde. Sin embargo, su compromiso por su municipio le llevó a aceptar el cargo. Ahora afronta sus primeros meses como alcalde en plena organización de la Fiesta de la Vendimia.

Con solo unos meses como alcalde y toca organizar la Fiesta de la Vendimia.

Sí. Eso es. Es la primera experiencia que tengo como concejal y alcalde, pero tengo la suerte de contar con Emilio Ramos que estuvo como alcalde hace unos 16 años. No somos todos novatos aquí. Ahora estamos todos sobrepasados con la carga de trabajo. Además de los trabajos en la viña en verano, más las obligaciones del cargo más la organización de la fiesta… Y luego tu vida privada.

¿Cómo han sido los preparativos?

Bueno, pues ha sido a prueba de nervios. Se nos juntaron las fiestas de Elciego, que tenían el escenario, con la vendimia de la uva blanca que se adelantó a esta semana. Así que ha habido cosas que hemos tenido que esperar hasta casi unos días antes para poder tenerlo todo preparado. Pero, gracias a la gente que se ha implicado se ha podido conseguir.

La gente se ha volcado…

Sí, sí. Había muchas ganas por adelantar trabajo por eso de la vendimia e ir adelantando el trabajo. Muchos iban preguntando qué se podía hacer, si se podían adelantar cosas. Pero bueno, las cosas van llegando cuando lo hacen y la gente ha respondido muy bien. En ese sentido tienen mi agradecimiento.

La última vez que Navaridas acogió la Fiesta de la Vendimia fue en 2005. ¿Ha cambiado algo el municipio en este tiempo?.

Pues la verdad es que no. Somos un pueblo pequeño, de 200 habitantes, pero lo que sí hemos hecho estos años es mejorar y adecuar instalaciones como las piscinas, frontón o el Palacio de los Sodupe. La población joven no permanece aquí. Tienen sus trabajos en ciudades y vienen aquí los fines de semana. Más jóvenes que yo que vayan al campo seremos mediadocena. No hay tanta necesidad de que el pueblo crezca sino de que se mejore lo que ya tenemos.

¿Qué esperáis este año?

El año pasado fue la primera fiesta post-pandemia y pareció que a la gente la costaba un poco. No hubo tanta afluencia como se esperaba. Según me trasladaron desde la Cuadrilla, se llegó a las 6 mil personas. Este año esperamos que se recupere a los niveles de antes o, al menos, acercarnos todo lo posible. La Fiesta de la Vendimia suele reunir a unas diez mil personas, que para un pueblo pequeño es una auténtica barbaridad.

Difícil dar cabida a tanta gente…

No, en absoluto. Al final usamos el mismo recorrido que la vez anterior, que funcionó muy bien. Hemos hecho una limpieza de las calles y zonas donde van a transcurrir la fiesta, los stands estarán perfectos y decorado los edificios. Con la colaboración de la Cuadrilla, es todo mucho más fácil. Ahora sólo falta que el tiempo acompañe y podamos disfrutar todos del día.