La cooperativa de telecomunicaciones Somos Conexión ha advertido de que en la Ley General de Telecomunicaciones, que prohíbe el spam telefónico al establecer que las llamadas publicitarias requieren del previo consentimiento del cliente, se produce una “laguna legal al no abordar las llamadas automatizadas”.

De hecho, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), persiste un elevado incumplimiento de la normativa en las llamadas comerciales, pues sólo en el 33% de los casos se identifica a los responsables detrás de las mismas y en menos del 10% es posible eliminar los datos personales.

La responsable de gestión económica y área comercial de Somos Conexión, Bernat Alcolea, explicó que para dejar de recibir estas llamadas es necesario que cada persona interesada comunique a cada empresa de telefonía que ejerce su derecho de oposición, bajo la protección del Reglamento europeo de protección de datos.

No obstante, según la experta, “la complejidad del proceso hace que la mayoría de los usuarios terminen discutiendo con los teleoperadores”.

Además, desde la cooperativa también criticaron que, si bien la nueva normativa mejora la protección de datos y los derechos de los consumidores, “aquellas compañías con una falta de valores éticos y empresariales continúan con sus prácticas invasivas”.

En este sentido, Alcolea también destacó que “más allá de la legislación, las empresas deben asumir una responsabilidad proactiva en el uso de la tecnología para proteger al cliente”.

A su vez, si a pesar de expresar la negativa a recibir publicidad ésta se sigue recibiendo, “es importante poner una reclamación en la sede electrónica de la Agencia Española de Protección de Datos”, añadió la experta.

Excepciones por donde colarse

Y es que cuando la Ley General de Telecomunicaciones entró en vigor el pasado 29 de junio los expertos ya advirtieron de que solo iba a mitigar las llamadas spam pero no era su sentencia de muerte ni mucho menos. Más allá de que haya empresas que directamente se la salten bajo pena de fuertes sanciones económicas, hay excepciones por donde el spam telefónico puede colarse.

Pero hay rotos para descosidos y, aunque no puede librar del todo de llamadas indeseadas, sí que se puede reducir algunas evitando dar los consentimientos en las distintas páginas web y cuando contratas un servicio.

Otra vía de escape que han encontrado las empresas en la Ley General de telecomunicaciones fue que ésta ha sido elaborada por el Congreso y solo aplica en el Estado, así que una compañía puede perfectamente subcontratar a una centralita fuera del Estado para seguir bombardeando con las llamadas.

Cuándo son ilegales

La última vía de escape es que la ley detalla que pueden seguir haciéndose llamadas sin necesidad de avisar o requerir de consentimiento cuando sean imprescindibles para intereses vitales del ciudadano o hay interés público, algo que quizás es susceptible de interpretación personal.

Así, el teléfono seguirá estando disponible para el Instituto Nacional de Estadística campañas de sensibilización o llamadas de estudios de investigación.

No obstante, cabe recordar que las llamadas comerciales son ilegales si no se ofrece al usuario la posibilidad de mostrar su oposición a continuar recibiéndolas mediante procedimientos que no le supongan ningún coste o si éstas siguen produciéndose tras haber solicitado a la empresa que no se reiteraran o se realizan fuera del horario establecido para ello, es decir, cuando se producen antes de las 9 horas de la mañana, después de las 21 horas, en festivos o fines de semana. – NTM