El Ayuntamiento de Barcelona manifestó el pasado jueves que rechaza dar licencias a los polémicos pisos colmena, después de que la empresa barcelonesa Haibu 4.0 llevara semanas publicando anuncios en los que ofrece plazas en estas viviendas por 200 euros al mes, de las que quiere construir más, inspirándose en las habitaciones cápsula que utilizan algunas instalaciones en Japón, donde los clientes duerman en unos nichos superpuestos con puerta y cerradura con un colchón e incluso una televisión en el techo de la cápsula.

En Barcelona plantean cápsulas de “120 cm de ancho, 120 de alto y 200 de largo con un somier que se levanta para colocar debajo maletas, una cabecera que sirve de almacenaje, una mesa plegable, estantería, enchufe y cargador USB”, aseguró Edi Wattenwil, uno de los socios promotores.

De este modo, la empresa no destinaría las viviendas a los turistas, sino a inquilinos con apuros económicos y para estancias largas, conglomerando a quince personas en apenas 100 metros cuadrados.

“No estamos pensando que sea la vivienda del futuro, pero si miramos a nuestro alrededor vemos que hay gente con problemas económicos. A mis socios y a mí se nos ocurrió que sería una buena idea crear este tipo de pisos de convivencia para que las personas tengan la posibilidad de estar un periodo de tiempo hasta conseguir que su economía mejore”, comentó el empresario.

Por su parte, desde el Ayuntamiento barcelonés la decisión es tajante: “La normativa establece que una vivienda debe tener un mínimo de 40 metros cuadrados de superficie, por lo que esta empresa no podrá obtener nunca las licencias pertinentes para operar”, afirmó el concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner.