Biarritz - El 8 de mayo se cumplirán 72 años del armisticio de la Segunda Guerra Mundial en la que más de 60 millones de personas perdieron la vida, entre ellos cientos de vascos. Pocas semanas antes del fin del conflicto, el Batallón Gernika participó en la liberación de la Pointe de Grave en el Médoc, en las afueras de Burdeos. Bajo las órdenes del comandante irunés Kepa Ordoki y la supervisión del Gobierno Vasco en el exilio, decenas de hombres de Gipuzkoa, Bizkaia, Araba y Nafarroa que huyeron del franquismo lucharon contra los nazis en Francia. Cinco de ellos perdieron la vida. Y no fueron los únicos, tal y como recuerdan los monumentos construidos en todos los pueblos de Iparralde.
A finales de junio de 1940, los alemanes llegaron al País Vasco y ordenaron quitar todas las banderas francesas y sustituirlas por la bandera nazi, un símbolo que permaneció hasta agosto de 1944. Durante cuatro años ocuparon gran parte de Lapurdi y Baja Navarra, tiempo en el que actuaron contra la población judía de la zona: 60 judíos de Baiona fueron enviados a los campos de exterminio.
Además de requisar bienes a la población civil, los ocupantes solían invitarse a comer en las casas de la población civil. En Hendaia, Estefana Irastorza recuerda el día en el que soldados alemanes pidieron que, en vez de servirles pollo o gallina, les dieran para comer gallo. La niña, que tenía entonces unos diez años, entendió más tarde que la intención de los nazis era que se sacrificase al animal símbolo de Francia. Para hacer frente a la ocupación, numerosos vascos del norte optaron por integrarse en redes de la resistencia y no pocos actuaron como mugalaris para facilitar la huida de miles de judíos, aliados y hombres que no querían participar en el STO, el Servicio del Trabajo Obligatorio.
Durante los años 40, los Pirineos se convirtieron en una zona de escape gracias a la ayuda, entre otros, de los contrabandistas locales que conocían la zona mejor que los ocupantes. Pese a todo, los alemanes lograron capturar a más de 3.500 personas que intentaban huir hacia España. Casos como el de un joven de San Juan de Luz, obligado a participar en la construcción de los búnkers del Muro del Atlántico, que aún se pueden ver hoy en las playas de Lapurdi. Capturado cuando trataba de huir del STO, los nazis le enviaron a un campo de concentración dónde murió con solo 18 años. - F.D.