PAMPLONa - “Todos los dibujos que crearon forman parte del universo Kukuxumusu aunque los autores sean Mikel Urmeneta y los otros dibujantes. Ellos ceden todos sus derechos y su contrato no refleja qué dibujos en concreto son. Por eso no pueden ahora dibujar lo mismo. Podrán hacer lo mismo contando otra historia”, señaló ayer Ricardo Bermejo, propietario de Kukuxumusu, adonde llegó en 2014 y cuya presencia como máximo accionista hizo saltar chipas con el creador y dibujante de la misma, Mikel Urmeneta, con el que rompió relaciones en 2015. Ambos se vieron ayer en un juicio para dirimir si los 15.000 dibujos creados por estos autores los pueden volver a usar, en este caso en la nueva aventura empresarial y artística de Urmeneta, la firma Katuki Saguyaki.
Esas palabras de Bermejo no cayeron en saco roto en la sala, porque patinó en cierta manera con lo que dice literalmente la demanda de su empresa. El abogado demandante así corrigió a su cliente y relató que “no pueden hacer dibujos iguales, ni en cualquier situación, peripecia, ángulo o visión que se corresponda con un dibujo preexistente. Son dibujos que responden a muchos estilos distintos. No es controvertido que usen ese estilo, lo que no pueden es copiar el dibujo total o parcialmente o transformarlo o derivarlo porque ellos cedían esos derechos. Pero pueden usar el estilo que les plazca”, señaló el letrado. A él le respondió en sala el abogado de los demandados, Miguel Troncoso, que señaló que si prosperara la tesis de Kukuxumusu “siempre existiría el riesgo de que se les acuse de copiar porque hay infinidad de situaciones en todos esos dibujos. En la práctica, lo que plantean es que es imposible para los demandados es dibujar cualquier cosa. Los demandandos no ven claro cuál es ese estilo, ese universo Kukuxumusu”.
A día de hoy, los demandados, Katuki Saguyaki tienen prohibida la venta, distribución, comercialización y reproducción de esos dibujos debido a un auto del juzgado de lo Mercantil que fue refrendado en enero por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial y que da la razón en cuanto a la adopción de medidas cautelares a Kukuxumusu. Por eso ayer se juzgaba el fondo del asunto que resolverá esta cuestión.
La vista sobre este conflicto de propiedad intelectual, que quedó ayer vista para sentencia en el Juzgado de lo Mercantil 1 de Pamplona, quedó a expensas de que las partes presenten sus informes de conclusiones por escrito. Una vez realizado el trámite, la magistrada Esther Fernández Arjonillas se encargará de dictar una resolución que, a buen seguro, va a generar un importante debate sea cual sea el sentido de la misma.
Bermejo, que fue el único de los implicados que declaró en la vista, fue cuestionado sobre por qué motivo consultaba con Urmeneta o los otros dibujantes las transformaciones de ciertos bocetos que exigían los clientes o no eran adecuados para ciertos soportes. “A Urmeneta no se le pedía opinión como autor, sino como director de arte que era de la empresa”, se defendió Bermejo. Pero el letrado demandante insistió: “Y entonces, a Txema Sanz, ¿por qué se le hacía lo mismo si era solo un dibujante”. Y Bermejo salió por donde pudo: “Se hacía así porque era costumbre y dependía de muchas circunstancias. Entraban en juego muchos factores. No era una obligación hacer esa consulta, sino una deferencia”.
Y el juicio empezó entonces a adquirir nombre propio. El toro Testis, de color azul y cuernos amarillos, dibujado por Urmeneta, fue creado por este antes de la fundación de Kukuxumusu y, aunque el dibujante lo usaba para encargos profesionales al margen de la empresa, Bermejo declaró que se hacía así “por consentimiento de Kukuxumusu, con ese consentimiento podía usar el dibujo que quisiera. Urmeneta era un relaciones públicas y a la empresa le interesaba que difundiera ese trabajo”.
El perito de los demandados no declaró al haber estado dentro de la sala. El perito Javier San Martín, profesor de la UPV y de la parte demandada, no expuso su informe en el juicio al haber estado dentro de la sala durante el mismo antes de declarar. Katuki renunció a que ratificara su informe y él dijo que nadie le advirtió de que no podía entrar.
Las conclusiones, por escrito y en cinco días al haberse acordado así en la audiencia previa. En cinco días Kukuxumusu presenta sus conclusiones.
Bermejo no quiso que declarara Urmeneta. Hace diez días, en la audiencia previa, la demandante Kukuxumusu declinó que Urmeneta declarara en el juicio.