¿Ha llegado el debate sobre las zonas 30 y el papel de la bici en la movilidad a la oficina del Síndico?

Hemos seguido la polémica, hemos participado en los foros, hemos contrastado opiniones con los bicicleteros, y bueno, parece que es una ordenanza que reúne bastantes consensos. El orden de jerarquía en la movilidad creo que está claro y es bastante compartido; peatón, bicicleta, transporte público, coche. El uso de la bicicleta está aumentando mucho y si ya hay conflictos en la zonas peatonales eso sólo puede empeorar, hay que buscar una solución, y puede ser que discurra por la calzada, pero en las condiciones de máxima seguridad, y ahí está la habilitación de las zonas 30.

¿Se va diluyendo el malestar que han detectado con respecto al nivel de cortesía de la Policía local?

Ha sido un tema recurrente en la oficina del Síndico, pero últimamente no se plantean muchos casos, no se si es indicio de que la situación mejora. La Policía tiene que intervenir en situaciones muy complejas y distintas y a veces es difícil hacerlo, la gente debe entender que son agentes de la autoridad y debe respetarlos como tal. Por otra parte, la ciudadanía debe asumir a la Policía como propia y debe ser atendida con corrección y cortesía, como se le exige a cualquier funcionario. En ese sentido aplaudimos el esfuerzo que hace la Policía Local para mejorar ese trato. El trabajo de policía es muy difícil; una vez leí una frase que me gustó mucho, y es que un policía tiene que tomar en un segundo una decisión que a un grupo de abogados le tomaría seis meses.

El Síndico nació hace ya más de diez años, ¿se ha consolidado la figura en la ciudad?

Una de nuestras intenciones es fomentar esta figura porque creemos que desde nuestra humildad, somos un servicio de tres personas, podemos ser útiles, prestar ayuda, y sabemos rebatir los argumentos de la Administración. Tenemos la ventaja de estar ubicados en un lugar muy céntrico ?en la calle San Antonio? y percibo que la gente se acerca cada vez más. Cada caso requiere de una dedicación, un seguimiento, reuniones, peticiones de informes... y una de las virtudes de este servicio es la cercanía con el ciudadano y con la administraciones. Nosotros nos reunimos para tratar asuntos personales con los responsables directos de la cuestión, y tiramos mucho de teléfono y correo electrónico para evitar la burocracia.

¿La independencia que se le supone a esta figura es teórica o real?

Yo no me debo a nadie ni a nada, y por otro lado asumo las polémicas, no es lo que más me gusta, pero es parte de mi trabajo precisamente porque me toca pronunciarme sobre los burros, sobre Tuvisa y sobre lo que sea. Creo además que cuando se exponen las cosas con sentido común la gente nos entiende, esté de acuerdo o no.