Vitoria. Cuenta Flor Díaz, la presidenta de Sos Bebés Robados Euskadi, que "hay niños que mueren el día 1, el día 6 se les hace una placa, el día 7 un análisis de sangre y el día 8 se les da el alta" y otros que "tienen legajo de aborto, porque han nacido muertos, y certificado de defunción, porque murieron a las 31 horas de nacer". Con estas incoherencias documentales no es de extrañar que algunas familias alberguen, como mínimo, dudas. Las explicaciones de los profesionales sanitarios en el Parlamento vasco, dice Díaz, no las han logrado despejar. "Hay muchas contradicciones. ¿Por qué en un hospital en el que dicen que trabajaban tantos profesionales siempre se les morían los niños a las mismas personas? A mí no me han transmitido tranquilidad, todo lo contrario. La gente tiene miedo de que eso lo quieran tapar de alguna manera", asevera.
Como prueba de que los afectados no se ponen a indagar sobre el paradero de un bebé sin motivo, Díaz recurre a otro ejemplo. "La gente a la que se le ha muerto un bebé sabe que se le ha muerto y está tranquila. Nosotros tenemos madres a las que se les han muerto dos bebés y a uno no lo buscan, porque saben que murió. El otro no", recalca.
Consciente de las críticas de que son objeto, Díaz responde a quienes consideran que los casos de bebés robados se han sobredimensionado. "Dicen que hemos exagerado y nos acusan de crear alarma social, pero nosotros solo hemos contado nuestras historias. El primero que empezó a hablar de trama fue el lehendakari", apunta la presidenta de la asociación. De hecho, añade, "en los juzgados hay un cartel del Gobierno vasco que dice que si eres víctima de un caso de bebé robado, te pongas en contacto con ellos. Ahí no entra la presunción de inocencia. Si lo llegamos a hacer nosotros, se nos habrían echado encima".
Convencida de que "aquí ha habido un tráfico de bebés, no sé si grande o pequeño, pero lo ha habido y es cuestión de tiempo que esto salga a la luz", Díaz lamenta que se sigan archivando denuncias, sobre todo en Bizkaia, por considerar que los delitos han prescrito. "Ya no tenemos confianza en nadie. Estamos solos, como al principio".
En las tres había restos óseos Mientras las investigaciones judiciales siguen su curso, hay familias que recurren a empresas privadas para comprobar si sus sospechas son fundadas y, en su caso, interponer la correspondiente denuncia. El laboratorio Neodiagnóstica ya ha llevado a cabo tres exhumaciones en Euskadi -en todas se han hallado restos óseos- y tiene previstas otras dos este mes. Según detalla Díaz, una de las exhumaciones se realizó en Donostia y correspondía a un niño prematuro de 1968. "Ya no quedaba caja, pero el bebé estaba casi completo. Estaba cerquita de la exhumación de la familia Losa Ocariz, donde no se encontraron restos", subraya. Otra de las exhumaciones tuvo lugar en el cementerio de Arrigorriaga. "Allí apareció el bebé, del año 72, pero creo que no se pudo sacar ADN", apunta Díaz.
Sin querer ofrecer detalles para salvaguardar la intimidad de las familias, el director de Neodiagnóstica, Jaume Buj, confirma que han realizado 11 exhumaciones en todo el Estado y en dos de ellas resultó que el bebé enterrado no era de la familia. Respecto a la posibilidad de que los restos óseos de un neonato se desintegren, Buj se muestra tajante. "En un nicho, cuando hay una caja, hay huesos. Si no, es que nunca los hubo".