El día aguantó lo que pudo. Amaneció con un sol radiante, que dejó de insistir ante la amenaza de lo que a la tarde se convirtió en un aguacero de impresión. Pero, al menos, al mediodía el Casco Viejo de la capital alavesa lucía sus mejores galas. Las callejuelas veían discurrir los visitantes que en los últimos meses han convertido a esta ciudad en un foco importante para la atracción de los turistas nacionales. Los vecinos hacían lo que acostumbran ajenos al ir y venir de gentes de otros lugares y la Kutxi, epicentro del poteo, entendido éste como religión, volvió a concitar la atención de cientos de personas con una idea clara: disfrutar de la hostelería local con una iniciativa que ayer quemó su primera edición. El I Sagardokatu Eguna supo conjugar el espíritu callejero con la posibilidad de degustar las tres modalidades de sidra que se elabora con el método tradicional en el territorio histórico.

Y, visto lo visto, o probado lo probado, la verdad es que la iniciativa augura continuidad. La asociación de bares Katuak, que agrupa a unos cuantos locales de la Cuchillería y que ha sido responsable, entre otras iniciativas, de Bertsokatu Txapelketa o el katupoteo de los jueves, decidió convertir una de las calles con más solera de la capital alavesa en una sidrería urbana de éxito.

Los locales prepararon la jornada con mimo. Admitieron la posibilidad de catar la sidra de las tres productoras alavesas. Sidrería Iturrieta, Sidrería Borobia y Sidrería de Trebiño remitieron las botellas precisas para hacer de la jornada un día inolvidable. Entre txotx y kupelas, el zumo fermentado de manzana fue llenando vasos, que al poco quedaban huérfanos de su líquido elemento. Los brindis al sol (hasta que éste pudo) dieron sabor y se sucedieron como deben.

El modus operandi para la ocasión era sencillo. Los participantes en la jornada tenían que adquirir por seis euros el Basokatu. Con él se podía degustar la sidra hasta la hora de comer. Tiempo más que suficiente para apagar la sed, ya que la fiesta empezaba a las 12.00 horas. Frente a cada uno de los bares participantes en la iniciativa se había preparado una mesa en la que se podía degustar el producto de las tres sidrerías mencionadas. Eso sí, entre trago y trago, y para ambientar aún más la jornada y asimilar la Kutxi a esas calles guipuzcoanas en las que la sidra es reglamentaria, una cuadrilla de Trikitilaris se encargó de animar musicalmente la calle con los temas y los sones que hacen de la tradición musical vasca un elemento ineludible.

La organización incluía todo un protocolo, que contemplaba comida tradicional de sidrería. Katuak implementó un ágape a las 15.00 horas en la parte de abajo de la calle. Como no podía ser de otra manera, la cita culinaria incluía ensaladas, tortilla de patata, parrillada de sardinas, pintxos morunos, queso, nueces y membrillo, entre otras muchas delicias. Y todo eso a cambio de la voluntad.

Comida postrera Ésta llegó y respondió sin miramientos al llamamiento realizado por los hosteleros más felinos (por aquello de la traducción de Katuak). "Sin más, a vosotros, txikiteros, patateros bertsozales, jóvenes en paro o estudiantes, jubilados... A vosotros, que apreciáis ese encanto característico de las relaciones entre gentes que se da en el Casco Viejo de Gasteiz, os lanzamos esta invitación al Sagardokatu Eguna. Porque hablamos de un barrio mucho más vivo que lo que muchos desearían y porque esto es lo que queremos".