algunos, los que menos, ya lo conocían. Otros, simplemente habían oído hablar de él en los medios de comunicación. Lo cierto es que los alumnos de la UPV se han topado estos días de bruces con el Plan Bolonia, que tanto ha dado que hablar los últimos años y que por fin entra en vigor en las facultades vascas. El también llamado Espacio Europeo de Educación Superior llega con un año de retraso a los campus de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, por las dificultades encontradas en el camino a la hora de adaptar las titulaciones. Pese al tiempo transcurrido, el nuevo plan de estudios es una fuente inagotable de dudas, especialmente para los estudiantes, que confiesan no tener demasiada idea de lo que les viene encima.
Los primeros 1.500 alumnos en estrenar Bolonia en Vitoria han empezado ya las clases a pleno rendimiento, con todo lo que ello conlleva: apuntes, clases prácticas, trabajos en grupo, exámenes, y lo que más duele: los madrugones. A lo largo de toda la semana han tenido la oportunidad de conocer a sus profesores, a sus compañeros de clase, y averiguar, sobre todo, cómo ha afectado la reforma a la carrera elegida, algo que parece no haberles quedado demasiado claro.
Así las cosas, tras el parón del verano, las facultades alavesas han abierto sus puertas a toda una nueva generación, impaciente por iniciar esta nueva etapa ya como universitarios. En los pasillos de Letras se suceden las presentaciones y se forman las primeras cuadrillas. "Veréis lo poco que tardamos en organizar una cena", asegura Yara Prieto, que entre descanso y descanso acaba de conocer a Luka Nieto e Iban Ruiz, con quienes compartirá aula, ya que los tres han elegido estudiar Traducción e Interpretación. La emoción es evidente en sus rostros; llegan con ganas de aprender y de pasarlo bien, cómo no. "¡Nos hemos propuesto hablar ruso!", bromea Iban.
Sin embargo, la mayoría son ajenos a lo vivido este pasado año en la facultad en la que cursarán el grado. La transformación a Bolonia a punto estuvo de acabar con las titulaciones menos demandadas, es decir, con las filologías alemana, francesa, clásica e hispana, que finalmente se han fusionado en una única carrera para salvar el bache. "La verdad es que no sabemos muy bien qué paso, yo al menos no me he informado", asegura Elisabet Gutiérrez, de Hernani, mientras echa un vistazo al tablón de anuncio de la facultad gasteiztarra.
Resulta evidente que los estudiantes de primer curso, es decir, los conejillos de indias de Bolonia, desconocen el nuevo plan de estudios y todo lo que rodea a esta transformación. El escaso interés que muestran se une a que en los institutos en los que han cursado el Bachillerato nadie les ha informado acerca de las claves del Espacio Europeo. "Lo poco que sé es lo que me he molestado en mirar en Internet", afirma Luka Nieto.
A todos les suena aquello de que Bolonia tiene múltiples ventajas. Sin embargo, no pueden concretar mucho más. "Dicen que te abre las puertas a nivel europeo y que hay más becas que otros años", asegura Maider López, de Pamplona, que está a punto de comenzar Filología Inglesa. "También nos han dicho que las clases van a ser más prácticas", añade Clara Oternina, de Doneztebe, que acaba de conocer a Maider en el pasillo. Iñaki Paul Mujika, también de Filología Inglesa, se ha quedado en cambio con los aspectos menos positivos. "Nos van a obligar a asistir a clase, habrá que hacer más trabajos; resumiendo, van a exigir un mayor esfuerzo al alumnado", explica.
bolonia... en la práctica
Grados de cuatro años
Son, en la teoría, los principales cambios que plantea el Proceso de Bolonia, aunque en la práctica la única transformación que se ha hecho evidente es la superación de las diplomaturas, ya que a partir de ahora todas las carreras pasarán a denominarse grados, y tendrán cuatro años de duración. El campus de Álava oferta a partir de mañana un total de 25 titulaciones, repartidas entre sus siete facultades: Farmacia, Letras, Magisterio, Ingeniería, Empresariales, Trabajo Social y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte -antiguo IVEF-.
El proceso de adaptación ha sido lento y no ha quedado exento de polémicas, pero según los responsables de la UPV este proceso de debate y reflexión ha dado como resultado un plan de estudios que mejorará la calidad de la formación universitaria y fomentará la movilidad entre los estudiantes europeos, ya que lo que se ha pretendido ha sido crear un sistema de convalidación de carreras.
El objetivo de Bolonia es que las universidades europeas adopten un sistema de titulaciones más comprensible y comparable, por lo que se dividen las carreras en dos ciclos; uno, el primero, de cuatro años que permite obtener el título de Grado, y un segundo ciclo que garantiza la obtención de la maestría y el doctorado. Como consecuencia, desaparece el concepto de licenciaturas y diplomaturas, y prácticamente todas las carreras tienen la misma duración, salvo Medicina, que es de seis años, y Odontología y Arquitectura, de cinco. Por el contrario, titulaciones como las de Magisterio, que hasta ahora se realizaban en tres cursos, ganan un año más. Asimismo, Bolonia introduce un gran cambio pedagógico, el de la evaluación continua. El examen tal y como se concibe en la actualidad pierde peso frente a las pequeñas pruebas, ejercicios y proyectos diarios que los alumnos desarrollarán a lo largo del curso. La nota final será una mezcla de ambas cosas.
Los estudiantes, como Ion Cadierno, de Zumarraga, tienen asumido que se van a tener que armar de paciencia para afrontar esta primera etapa de transición. "Ya nos han dicho que los primeros meses van a ser caóticos", apunta. Sin embargo, este joven de 20 años, que ha dejado la carrera de Física a medio terminar para estudiar Geografía en la capital alavesa, está dispuesto a darle una oportunidad al Plan Bolonia. "Se va a valorar mucho más el trabajo diario, y eso es más justo que jugártelo todo en un examen", opina. De la misma opinión es Maider López, que no oculta su preocupación por formar parte de la generación que experimentará con el Espacio Europeo de Educación Superior, como ya lo hicieran con la Selectividad, que en junio fue reformada.
En principio, estos estudiantes corren con cierta ventaja. Por el momento, el Departamento de Educación del Gobierno Vasco no ha eliminado ninguna titulación, pese a que hay una orden que establece que las carreras con menos de 30 solicitantes no vuelvan a ser ofertadas. Sin embargo, la titular del ramo, Isabel Celaá, ya avanzó hace apenas dos semanas, durante la inauguración oficial del curso académico 2010-2011 de la UPV, que no descartaba tener que adoptar alguna decisión de este tipo en el futuro.
El Gobierno Vasco se va a dar el plazo de dos años para conocer la demanda de las titulaciones y realizar las adaptaciones que resulten oportunas. Para ello será determinante también el informe que aporte la Aneca, la agencia de evaluación. La idea no es eliminar grados que sólo se ofertan en un campus, como pueden ser Filosofía o Antropología, sino aquéllas que se repiten en más de una facultad. De la misma manera, se abre la puerta a la creación de nuevas titulaciones. Veterinaria, Fisioterapia... Se abren las apuestas.