Vitoria. ¿Se atreve a avanzar un resultado para estas elecciones?

No. Está muy igualado...

Presentarse como candidato de los jóvenes abogados alaveses, ¿no equivale a cerrarse puertas?

No, es que realmente es lo que soy, no voy a renegar de dónde vengo. La gente sabe cuál es nuestra trayectoria desde hace años y quienes nos apoyan no sólo son los jóvenes. Hemos llevado asuntos como el del turno de oficio, en el que no sólo están los abogados jóvenes sino que afecta a gran parte de los colegiados. Y fueron ellos los que nos animaron.

¿Incluir en la plancha a la mujer del actual decano es denotativo de un programa continuista?

La línea es continuista, aunque depende de cómo se enfoque. El hecho de llevar a Laura dentro de la plantilla no es porque sea la mujer del decano. Compartimos criterios con la gente anterior, pero otros no. Cuando se nos comentó la idea de presentarnos, consultamos a los miembros de la actual junta y les preguntamos a ver si estaban interesados en continuar. Laura se vio con fuerzas y se animó.

Existen dos bloques abiertamente enfrentados entre los abogados alaveses. Si se convierte en decano, ¿arreglará esta crisis?

Por supuesto. La gran mayoría de los abogados que forman parte de la masa activa del colegio no han vivido intensamente ese enfrentamiento que hubo y que se mantiene a día de hoy. A mí me tocó por referencias, pero no lo viví en primera persona, porque la división se produjo en 2000 o 2001. De todas maneras me preocupa, porque no queremos que se produzcan divisiones y menos que lleguen a estos extremos. Una de las cosas buenas que hemos tenido en la asociación de jóvenes abogados ha sido precisamente que siempre ha habido respeto, compañerismo y apoyo.

¿Cuál es su propuesta para el turno de oficio?

Ahora mismo hay un decreto que quiere aprobar el Gobierno vasco y que contempla cambios importantes. Consideramos que algunas de esas modificaciones perjudican a la ciudadanía. Se quieren recortar competencias al Colegio de Abogados, aumentar la carga de trabajo de los letrados y luego está la libre elección de abogado por parte del funcionariado de asistencia jurídica gratuita. Vemos problemas, porque puede haber vicios en la elección, creemos que el servicio se verá afectado negativamente y vemos que se corre el riesgo de que en el futuro se privatice un servicio que debe ser público.

Compite para liderar una casa en la que ya no queda dinero. ¿Ha dónde ha ido a parar?

Aquí sucede como en todas las familias. Tenemos nuestra hipoteca, una hipoteca grande y arrastrada además desde hace unos cuantos años. Estamos en época de crisis, los gastos son muy altos y los ingresos se van reduciendo. La situación de déficit contable ha sido aprobada siempre por la mayoría de los colegiados y nunca ha habido mayor problema. ¿Cómo salimos de esto? Mediante la búsqueda por todos los medios de ingresos atípicos. Existen posibilidades de obtener ingresos que nos ayuden a salir de la crisis, aunque hay que echarle imaginación. Lo que descartamos es subir las cuotas.

Teniendo una batería de abogados, ¿por qué no renegocian la hipoteca?

Estamos en ello. Vamos a estudiarlo muy a fondo.

¿Y mudarse a una sede más barata?

Es otra opción que tendremos en cuenta. Tampoco es cuestión de malvender Villa María a cualquier postor y menos en tiempos de crisis. Sería uno de los últimos recursos. A nadie le gusta vender su casa.

En el informe de los grupos de mejora se citan problemas curiosos, como el de que los abogados deben devolver las togas tras los juicios...

Pasa hasta en las mejores familias, como cuando alguien deja la ropa donde no debe. Es una cuestión de funcionamiento interno que debe de mejorar. A veces, con las prisas, la gente ni se da cuenta de dónde deja la toga o si se la lleva a casa.

Las togas se las compran al Colegio de Abogados de Granada...

Sí, porque mantiene un convenio con el centro penitenciario de allí. Los reclusos son los que confeccionan las togas. Es una manera de darles trabajo. De todas maneras, para cada uno de estos problemas tenemos un candidato concreto dentro de nuestro equipo.

También quieren sacarle más partido a su página web. Siendo abogados jóvenes, ¿tienen ventaja en este campo?

Tal vez sí, aunque de lo que se trata es de contagiar al resto de los compañeros algo que los jóvenes tenemos asumido, como oes la optimización de los recursos informáticos. Se ha hecho una inversión muy buena en nuevas tecnologías y se ha conseguido la mejor aplicación dentro de la profesión para mejorar nuestra red. Hasta podemos sacarle partido económico vendiéndosela a otros colegios. Si hay que dar cursos para aprender a utilizarla, se celebrarán todos los necesarios.

La formación es un apartado clave también, pero los precios parecen ser un hándicap. ¿Pesa la crisis?

Si entendemos la abogacía como un servicio público, creemos que la formación ha de ser obligatoria y continua. Pero esta formación, sobre todo en el turno de oficio, resulta muy cara. Creo que los cursos que afectan a un servicio público como este deberían ser gratuitos y pelearemos en este sentido.

¿Con el Gobierno Vasco?

Es la institución que ofrece estos cursos y la que fija los precios, así que sí, con el Gobierno Vasco.