Gasteiz. La consejera de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno vasco, Gemma Zabaleta, realiza un análisis del sector con motivo de una pregunta parlamentaria por escrito planteada por el PNV acerca del papel del Lanbide como entidad de intermediación laboral para las personas que buscan trabajo como empleadas de hogar. El Servicio Vasco de Empleo/Lanbide tiene registradas más de 8.000 demandas de empleo doméstico activas correspondientes a 6.185 personas (una persona puede demandar más de un empleo).

Un análisis de las personas demandantes revela la existencia de una gran feminización y el alto porcentaje de personas extranjeras. Y es que el 95% de las personas demandantes son mujeres y casi una de cada tres tiene nacionalidad extranjera. Este último porcentaje es, sin embargo, bajo si se compara con las estadísticas de afiliación a la Seguridad Social en el Régimen de Hogar: 6.867 personas de las 13.933 afiliadas son extranjeras, lo que representa el 48,5% del total.

El Departamento de Empleo y Asuntos Sociales considera que este conjunto de datos permite concluir que "existe una fuerte demanda de empleo en trabajo doméstico para una oferta muy reducida y, por lo tanto, un ratio de inserción muy bajo", y sostiene que esta situación se explica en gran parte por el trabajo sumergido. "Este hecho se explica entre otros factores por el fuerte peso del trabajo sumergido en este sector. Es sabido que el empleo legalmente constituido en torno al servicio doméstico es sólo la punta del iceberg del total de empleo que se mueve", argumenta Zabaleta.

La consejera plantea como un segundo factor el que la forma preferida de captar trabajadores domésticos no es a través de los canales formales de intermediación (INEM, Lanbide, etc.), sino a través de la redes informales basadas en las referencias directas y la valoración de los candidatos realizadas por personas de confianza.