En diciembre de 2024, Oskar Ayerdi Aguirrebengoa asumió un reto que marcará una nueva etapa en su carrera: coordinar el Plan del Sida e ITS de Osakidetza. Médico donostiarra especializado en enfermedades infecciosas, ha desarrollado su carrera en primera línea desde 2016 en una de las unidades de ITS y VIH más prestigiosas de Madrid. Allí, ejerció con un marcado enfoque de salud pública y especial atención a las poblaciones más vulnerables. Su labor asistencial se ha complementado con una intensa actividad investigadora y docente, una tesis doctoral sobre prevención en VIH y la colaboración activa en las principales sociedades científicas del ámbito.
Tras su paso por la Unidad de ITS/VIH de Bombero Etxaniz, en el Hospital Universitario Basurto, llega ahora a liderar un plan estratégico para frenar la expansión de las ITS en Euskadi. Con él hablamos para conocer de primera mano cuáles son las líneas de actuación de Osakidetza para combatir el aumento de estas infecciones y qué medidas se están impulsando para prevenirlas.
Los últimos informes revelan un aumento notable de las infecciones de transmisión sexual en Euskadi. ¿Qué lectura hacen desde Osakidetza?
La verdad es que los datos muestran que se ha producido un aumento claro de las infecciones de transmisión sexual en los últimos años. Desde 2019 las cifras se han duplicado tanto en gonorrea como en clamidia y sífilis. El VIH no lo incluimos en este grupo porque no observamos ese aumento; está estancado. Este fenómeno no es exclusivo de Euskadi, también ocurre en otras regiones y países del mundo.
¿Hay alguna infección que le preocupe especialmente?
Me preocupan todas: la gonorrea, la clamidia y sífilis. Considero que son un problema de salud pública al que debemos hacer frente.
¿Por qué cree que se ha producido este incremento?
No hay una sola causa, sino un conjunto de factores que coexisten y se potencian. Por un lado, los avances científicos —mejoras en tratamientos frente al VIH y otras ITS, aparición de vacunas y fármacos preventivos— han permitido mejorar la calidad de vida y han hecho que la gente perciba un riesgo menor ante estas infecciones. También ha cambiado la forma de relacionarse.
“El diagnóstico precoz puede evitar complicaciones graves como la inflamación pélvica o testicular”
¿Cómo ha cambiado la forma de relacionarse social y sexualmente la gente?
Antes era más habitual encontrar una pareja para toda la vida. Ahora las relaciones son más diversas. Cada vez hay más gente que tiene relaciones sexuales con varias personas a lo largo de su vida, y de distinto sexo. La edad también ha descendido. Los jóvenes tienen su primera relación a edades más tempranas. Además, algunas relaciones sexuales se producen bajo el efecto de determinadas sustancias que hacen que uno estés más desinhibido y menos preocupado por usar preservativo. El uso de aplicaciones para ligar es otro elemento a tener en cuenta. Todo ello ha contribuido para que cada vez se produzcan más infecciones de transmisión sexual.
¿Los avances científicos influyen en la percepción social de las ITS?
Por supuesto. El hecho de que hoy existan tratamientos efectivos para el VIH y otras infecciones de transmisión sexual genera confianza y reduce el miedo que antes se tenía. Esto hace que la gente se sienta menos vulnerable y, en consecuencia, disminuya su precaución, especialmente el uso del preservativo. Sin embargo, esta seguridad es relativa porque las infecciones pueden tener complicaciones graves si no se tratan a tiempo, y la prevención sigue siendo fundamental.
Si una ITS no se detecta a tiempo, ¿cuáles pueden ser las consecuencias?
Depende de la infección. La sífilis puede afectar a múltiples órganos y sistemas. La clamidia y la gonorrea suelen ser más locales, pero también provocan complicaciones graves si no se tratan. El problema es que hay Infecciones que son asintomáticas en fases iniciales, por eso diagnosticarlas pronto es clave. Si se diagnostica pronto, muchas veces la persona no ha notado síntomas; pero si se llega tarde, pueden aparecer enfermedades inflamatorias pélvicas, inflamaciones testiculares , lesiones cutáneas avanzadas o afectaciones sistémicas más graves. En el caso del VIH, también es fundamental diagnosticarlo antes de que se produzca un deterioro importante del sistema inmunológico.
¿Qué se debe hacer si uno no esta seguro de haber contraído una infección de transmisión sexual?
No hay que esperar a tener síntomas. Si existe cualquier sospecha o duda, por pequeña que sea, lo mejor es hacerse las pruebas cuanto antes. Eso permite actuar con mayor rapidez en caso de estar infectado, cortar la transmisión y evitar complicaciones.
¿Qué recursos tiene ahora mismo a su alcance en Euskadi una persona si quiere informarse o hacerse la prueba?
Contamos con consultas específicas de ITS en cada territorio. Cualquier persona puede llamar directamente, sin derivación previa, y pedir cita para informarse o someterse a las pruebas. Hay un teléfono de atención directa publicado en la web de Osakidetza. Además, en estas consultas trabajan equipos multidisciplinares de medicina y enfermería, que atienden incluso a personas sin síntomas. También se fomenta la educación sexual positiva: disfrutar de la vida sexual pero de forma saludable.
“Anta la más mínima duda, lo mejor es hacerse las pruebas cuanto antes, aunque no haya síntomas”
La vergüenza y el miedo siguen siendo barreras importantes a la hora de acudir a la consulta. ¿Cómo se combate eso?
Lo primero es garantizar entornos seguros y de confianza. En el teléfono directo de las consultas de ITS atienden profesionales especializados que trabajan con sensibilidad y sin juicios. Esto evita que la persona tenga que explicar su situación a profesionales que no tratan habitualmente este tipo de casos. Ofrecer este acceso discreto y seguro es clave para vencer el reparo.
Una de las campañas recientes, “No hagas match con las ITS”, ha tenido mucha visibilidad. ¿Qué balance hacen?
Ha sido muy efectiva en cuanto a impacto, sobre todo entre los jóvenes, que son el grupo con mayor aumento de casos. Usamos un lenguaje y un formato cercanos a su realidad, inspirados en aplicaciones para conocer gente. Pero no podemos relajarnos, debemos seguir lanzando campañas con mensajes claros, adaptadas a diferentes grupos y contextos.
Más allá de las campañas, ¿qué estrategias están aplicando o estudiando para frenar esta tendencia?
Trabajamos en la llamada prevención combinada, que consiste integrar todas las estrategias posibles y adaptarlas a cada persona. Incluye la educación sexual —con materiales que ya están disponibles también para centros educativos—, la promoción activa de pruebas diagnósticas de VIH e ITS, los tratamientos tempranos y la vacunación. Actualmente estamos vacunando frente a la hepatitis A y B, el virus del papiloma, la viruela del mono y otras.
¿La profilaxis preexposición (PrEP) forma parte de esa prevención combinada?
Sí, y es un gran ejemplo. La PrEP es un medicamento diario que evita la transmisión del VIH. Empezamos con unas 200-300 personas y hoy hay más de 1.200 incluidas en el programa. Además, al usar la PrEP, se realizan cribados regulares que ayudan a detectar y tratar otras ITS.
“Se está investigando la vacuna contra la meningitis como posible protección frente a gonorrea”
Galicia ha empezado a vacunar contra la gonorrea. ¿Euskadi seguirá ese camino?
A día de hoy no existe una vacuna específica contra la gonorrea. Se está investigando si la vacuna contra la meningitis podría ofrecer protección frente al gonococo. Hay algunos datos esperanzadores que apuntan en esa dirección, pero los ensayos todavía no han aportado una evidencia científica contundente al respecto.
¿En qué punto se encuentra ahora mismo esa investigación?
Hay diferentes ensayos clínicos en marcha. Varias instituciones están pendientes de confirmar si realmente puede convertirse en una estrategia preventiva eficaz. En algunos lugares ya se está implementando, pero siempre dentro de un contexto de búsqueda de evidencias.
¿Qué otras líneas de investigación se están siguiendo?
Existen varias líneas preventivas en estudio que avanzan de forma paralela. Hay ensayos clínicos con vacunas frente al VIH y también con tratamientos preventivos inyectables. Además, se están probando fármacos que buscan evitar infecciones por clamidia.
Entiendo que queda un largo camino por recorrer.
Sí. Se ha avanzado bastante en este sentido. Aún así, no debemos relajarnos. Frenar la expansión de las infecciones de transmisión sexual pasa por una prevención combinada que sea eficaz. Ese es nuestro objetivo y en él estamos trabajando sin descanso.