Mito o realidad: ¿es el desayuno la comida más importante del día?
Existen muchas creencias que sostienen que empezar el día con una comida es fundamental para rendir bien
Durante mucho tiempo, hay una afirmación que se ha considerado cien por cien cierta en la sociedad: el desayuno es la comida más importante del día. Esta creencia ya forma parte de nuestra cultura alimenticia, sin replantearnos si realmente es verdad o no. Y, lejos de cuestionar esto, se ha seguido siempre a rajatabla, como si fuese un dogma.
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Pero, ¿es correcta esta idea? ¿Realmente se necesita desayunar a diario para seguir una dieta equilibrada? Y, sobre todo: ¿qué clase de efectos puede tener esto en la salud, a medio y largo plazo? Veámoslo.
La historia detrás del mito
Con el paso de los años, muchas campañas publicitarias han fomentado el mito de que el desayuno es fundamental para el cuerpo humano. Esto ha hecho que tanto empresas como instituciones hayan promovido esta premisa.
Sin embargo, lo cierto es que esta afirmación no tiene ninguna base científica. Desde el punto de vista de la nutrición, no hay evidencias firmes de que el desayuno sea más importante que, por ejemplo, el almuerzo o la cena.
Es más, todas las comidas pueden aportar valor nutricional, siempre y cuando lleven alimentos saludables y equilibrados. Por lo tanto, no existe una ley universal que diga que el desayuno es imprescindible.
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¿Es importante el horario de las comidas?
Asimismo, otra idea muy conocida es que se deben hacer cinco comidas durante el día, al igual que cuidar los horarios. Si bien esta idea puede funcionar en algunas personas, no es ninguna norma obligatoria.
Lo que sí es básico es cuidar una dieta sana, flexible y adaptada a las necesidades del estado de salud de cada persona. No importa que no se quiera desayunar: si la alimentación es completa, no hay ningún problema.
Un desayuno saludable
El concepto general del desayuno es una comida llena de alimentos como leche, galletas, cereales, zumos, etc. Ya sea por el marketing y la publicidad, todos ellos forman parte de él.
Aun así, no hay por qué consumir estos alimentos por la mañana, pues muchos de ellos son ricos en azúcares añadidos y ultraprocesados, es decir, nada sanos. Así las cosas, el secreto está en qué se come, y no a qué hora.
En el desayuno, lo mejor es apostar por opciones como comida natural, poco procesada y muy nutritiva. Algunas ideas son el pan integral con aceite de oliva y tomate, huevos cocidos, yogures naturales, jamón o pavo sin aditivos, y frutas enteras
Todos ellos aportan fibra, vitaminas, proteínas y otras propiedades que ayudan a empezar el día con energía desde primera hora de la mañana.
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¿Desayunar o no desayunar?
Desde una perspectiva nutricional, hay que tener en cuenta la calidad de lo que se consume, más que la cantidad o el horario. Por eso mismo, lo más inteligente es conocer bien el cuerpo de cada uno y las necesidades que este tiene, para controlar el estado de salud y así llevar una dieta equilibrada.