Dentro del mundo del bienestar y del deporte, se han extendido muchas creencias acerca de determinados hábitos o prácticas. Una de ellas, y bastante común, es la teoría de que, cuanto más se suda al realizar ejercicio físico, más grasa se quema y, por lo tanto, más se adelgaza. Algo que, tal y como señalan los expertos, no ocurre así. 

La amplia mayoría de expertos sostienen que este método no cuenta con ningún respaldo científico, por lo que, no tener en cuenta una serie de consejos prácticos podría ser contraproducente para los objetivos que nos marcamos. 

El sudor y la quema de grasas

Pese a que existen muchos ejercicios y entrenamientos intensos con los que se suda mucho e implican a varios grupos musculares, lo cierto es que la pérdida de peso varía en función de las calorías quemadas, y no en el volumen de sudor que se expulsa.

Es decir, el sudor es una consecuencia más de la actividad física, pero no el factor determinante de la eliminación de grasa corporal. Es más, a menudo, los entornos calurosos o el exceso de ropa generan más sudor, dando una falsa sensación de quema de grasa. 

Como consecuencia, esto provoca que perdamos peso de forma temporal. Aun así, sucede debido a la eliminación de líquidos del organismo mediante el sudor y no por la quema de grasa. Cuando nos hidratamos, recuperamos el peso perdido. 

El sudor puede ocurrir por el estrés o cambios hormonales, o hasta factores relacionados con la genética Pexels

¿Qué es el sudor?

El sudor es un mecanismo del organismo para medir la temperatura del cuerpo. En el ejercicio, la musculatura genera tal calor que, para evitar sobrecalentarse, se activa la sudoración. De este modo, el agua que los poros expulsan se evapora y enfría ligeramente el cuerpo. 

Cabe mencionar que la cantidad de sudor que cada persona produce depende de varios factores como, por ejemplo, el peso corporal, el sexo, la edad y la genética. 

La solución para perder grasa

Para controlar el nivel de grasa en el organismo, al margen de estas técnicas, hay otras que pueden ser de gran ayuda.

Si queremos perder peso de una forma eficaz, nada mejor que una combinación entre la dieta sana y un ejercicio físico. Debemos lograr el déficit calórico, un fenómeno que se da cuando el cuerpo consume más calorías de las que toma. 

Por esa razón, los ejercicios se tienen que centrar en el gasto energético, alternando los entrenamientos de fuerza con actividades aeróbicas. De esta manera, notaremos pérdida de grasa y tonificación muscular. 

Ganar músculo es la mejor forma de restar grasa abdominal. Freepik

Las claves para controlar grasa corporal

Controlar la grasa corporal de manera eficaz puede conseguirse si se alternan buenos hábitos y estrategias que ayuden a ello. Estas son las más conocidas. 

  • Buena alimentación

La alimentación es fundamental para adelgazar. Si incluimos verduras, grasas sanas. frutas, proteínas, etc. y evitamos las grasas saturadas o los azúcares, tendremos mucho camino hecho. 

  • Control de porciones

Las porciones que consumimos juegan un papel determinante en este objetivo. Por lo tanto, es mejor comer con moderación, con platos pequeños y nunca en exceso. 

  • Hidratación

El agua es otro factor importante que regula la pérdida de grasa y el metabolismo. Se recomienda ingerir cada día un mínimo de cuatro o cinco litros para controlar el hambre.

  • Manejo del estrés

El estrés puede provocar hambre y acumular más grasa, sobre todo en la zona abdominal. Para calmarte, practica disciplinas relajantes como la meditación y el yoga, para tener los nervios a raya. 

  • Metas realistas

Establece metas realistas y claras. Si aplicas cambios progresivos y a largo plazo son más efectivos que aquellos bruscos o rápidos. 

Acabando con los mitos

Al margen de que nuestro cuerpo puede producir más o menos sudor, es importante no dejarse llevar por falsos mitos que se extienden en estos ámbitos y saber reconocer qué es cierto y qué no, por nuestra propia tranquilidad y seguridad.