El cuerpo humano está listo para funcionar dependiendo de los ciclos naturales del día y la noche. Es por eso que la biología juega un papel clave, ya que acostumbramos a comer cuando más horas de luz hay y a no hacerlo cuando hay menos. De hecho, en las horas nocturnas, el sistema digestivo entra en una fase de descanso o desconexión.
Al hilo de lo que hemos mencionado antes, existe una pregunta muy extendida: ¿es verdad que cenar tarde (dentro de nuestros horarios rutinarios) engorda? Dicho de otro modo: ¿ganamos más peso si comemos tarde, por la noche?
Lo que dice la ciencia
Muchos estudios han demostrado que nuestro organismo cuenta con un “reloj interno” que regula diferentes funciones del cuerpo humano, como el metabolismo. Del mismo modo, el comer en horarios fuera de la rutina pueden afectar a procesos como la digestión y la quema de calorías.
De hecho, diversas investigaciones señalan que comer más tarde suele implicar consumir menos energía. Por lo tanto, esto se traduce en una mayor sensación de hambre y en cambios hormonales que contribuyen a aumentar de peso.
Aun así, esto no quiere decir que cenar tarde esté siempre directamente relacionado con engordar, pues hay muchos otros factores que entran en juego.
La clave está en qué y cuánto comes
Lo que de verdad importa a la hora de saber si se engorda o no es el balance energético. Es decir, si se ingieren más calorías de las que se gastan, se suele engordar. Así las cosas, una cena tardía, pero equilibrada y en cantidad moderada no hará que ganemos peso.
No obstante, una cena abundante en donde los carbohidratos simples y las grasas hagan acto de presencia pueden provocar que ganemos peso, y más si es antes de acostarnos, cuando el gasto calórico es mínimo. Por esta razón, la calidad vale más que la cantidad en estas cuestiones.
Hábitos que pueden perjudicar
Asimismo, cenar tarde es algo vinculado a hábitos poco saludables. Las personas que optan por esta costumbre lo hacen debido al caos en los horarios, por pasar horas sin comer u otros motivos. Esto suele derivar en atracones nocturnos que no son nada recomendables.
Por si fuera poco, el hecho de irse a dormir nada más cenar puede tener muchas consecuencias negativas en la digestión y, por ende, afectando a la calidad del sueño y al metabolismo.
Los consejos de los expertos son muy claros: no adelantar el horario, sino seguir una rutina establecida de antemano, no cambiarla radicalmente y evitar cenas copiosas. También sugieren dejar, como poco, un espacio de dos horas entre la cena y el momento de irse a al cama.
Otros consejos a seguir
Para evitar engordar por la noche, es preferible apostar por verduras, proteínas magras y fibra, desechando aquellos alimentos que sean ultraprocesados y altos en grasas o azúcares. Cabe mencionar que los atracones por la noche y el alcohol no son nada aconsejables, al igual que picotear entre horas y otros hábitos negativos que influyen en la dieta diaria.