En verano también debemos mantenernos en buena forma física. Aunque la cuenta atrás de la operación bikini haya llegado a su fin, no tenemos por qué dejar de trabajar por conseguir el cuerpo que deseamos o por mejorar nuestra condición física y, por tanto, de salud.

Dado el incremento de las horas de luz y del tiempo libre, muchas personas optan por seguir haciendo deporte, aunque muchas otras dejan de hacer ejercicio por miedo a que las altas temperaturas les afecten más de lo debido. Está claro que hay que tener más cabeza a la hora de entrenar si hay una ola de calor o temperaturas extremas, pero siempre se pueden seguir estos sencillos trucos para poder aprovechar todo lo posible tus horas más deportivas.

Hacer deporte en verano

El verano es la época de calor por excelencia, por lo que debemos aumentar las precauciones a la hora de ir al gimnasio o practicar deporte. Ten estos seis consejos en mente para la próxima vez que te animes a sudar la gota gorda.

  • Hidratación. La pérdida de sales minerales y electrolitos al sudar es mayor en los días de calor. Los líquidos que perdemos por las altas temperaturas los debemos recuperar lo antes posible y es prácticamente una obligación por nuestra propia salud beber agua aunque no tengamos sed. Una buena hidratación nos mantendrá activos durante nuestra actividad deportiva.
  • Descanso. Normalmente mientras practicamos deporte nos intentamos poner al límite para ir mejorando poco a poco. Estos momentos de intensidad también necesitan un rato de descanso y recuperación. Estas pausas son el momento ideal para tomar un refrigerio y recuperar la energía que hemos perdido.
  • Protección solar y vestimenta adecuada. A la hora de practicar deportes con exposición al sol, debemos tener en cuenta que nuestra piel puede sufrir quemaduras y lesiones graves por los rayos ultravioleta (UV). Para ello es necesario contar con una buena protección solar y renovarla cada dos horas. Además, es conveniente utilizar ropa transpirable, ligera y de colores claros que nos eviten la acumulación de calor en el cuerpo.

Hombre haciendo estiramientos antes de hacer deporte.

  • Adaptación al ejercicio. Lo primero para adaptarnos al deporte es elegir las horas en las que lo vamos a realizar. Si son deportes en el exterior lo más astuto es practicar ejercicio a primeras horas de la mañana o cuando el sol se haya puesto a la tarde y dé una tregua.

A su vez, debemos ajustar la intensidad y la duración del ejercicio (dependiendo de si estamos a cubierto o no) y considerar las mejores alternativas para los días de calor, como pueden ser los deportes acuáticos o el senderismo en zonas de montaña, donde la sombra de los árboles nos ayudarán a seguir el camino con mayor frescura.

  • Enfriamiento corporal. Siempre debemos llevar con nosotros una toalla. Este trozo de tela nos puede ayudar en los períodos de mayor agotamiento. Simplemente debemos contrarrestar el calor corporal que genera la actividad deportiva aplicando el paño húmedo contra el cuello, las muñecas y la frente. Rápidamente, el posible sobrecalentamiento que estemos sufriendo irá menguando
  • Comidas pesadas. Uno de los grandes errores a la hora de ejercitarnos es comer lo que no debemos. Está comprobado científicamente qué tipo de comidas van mejor dependiendo del tipo de deporte que estés realizando, pero es de sabiduría general que las comidas pesadas y ricas en grasas pueden dificultar la digestión y, por tanto, aumentarán la sensación de pesadez. Las mejores opciones si estamos compitiendo y necesitamos llevarnos comida serán las ensaladas, frutas, yogures y batidos nutritivos.

Estos simples consejos pueden ayudarnos a seguir con la actividad física de una manera más adecuada en verano. Al mismo tiempo, debemos estar atentos a lo que nos dice el cuerpo y si notamos mareos, pulso rápido o debilidad en las extremidades, puede ser que estemos sufriendo un golpe de calor, por lo que descansar hasta la próxima sesión de entrenamiento será lo mejor.