Gracias a los desarrollos tecnológicos, las tasas de embarazo han mejorado muchísimo desde los años 80/90 cuando se comenzó con la Fecundación In Vitro. La investigación ha sido clave para alcanzar estos niveles de éxito, investigación en mayúsculas y en todas las áreas, “tanto a nivel ginecológico con los protocolos de estimulación con el objetivo de conseguir un mayor número de óvulos y de mayor calidad, como a nivel de laboratorio”, por lo que Zaloa Larreategui, directora de Laboratorio de Fecundación In Vitro de IVI Bilbao, quiere resaltar el buen trabajo realizado.
“Se ha apostado mucho por la investigación en el área de la reproducción asistida, tanto a nivel médico como de laboratorio”
Como buena conocedora de la materia asegura que los avances en el área de laboratorio han supuesto la evolución de la reproducción asistida y pone como ejemplos determinados campos como los relativos a los medios de cultivo, permitiendo ampliar el desarrollo de los embriones en laboratorio hasta un total de 7 días en vez de 3, lo que capacita tener mucha más información y poder seleccionar el mejor embrión para alcanzar una mayor tasa de éxito.
La segunda área que ha avanzado de manera sorprendente es la tecnificación, destacando Larreategui el papel de liderazgo de IVI en la puesta en marcha de la técnica de vitrificación de ovocitos, que puso en macha en 2008. A través de la misma se puede planificar la maternidad congelando los óvulos, un procedimiento que, a juicio de la experta, “ha supuesto un cambio total en el manejo de las pacientes de reproducción asistida, ya que si el momento presente no es el idóneo, se puede “parar el tiempo”, preservando la calidad que tenían los óvulos en el momento en que se vitrificaron”.
La evolución de esta técnica queda reflejada en la tasa de éxito de superviviencia de congelación de óvulos, pasando del 30% en los inicios de su aplicación, al 97% en la actualidad. Para la directora del Laboratorio de FIV, esta técnica permite dar opciones a muchos tipos de pacientes, desde madres solteras, quienes quieren posponer su maternidad y también a pacientes oncológicas.
Larreategui tampoco pasa por alto la evolución experimentada en la parte genética, que como en todas las áreas de la medicina, en la reproductiva también se ha visto impulsada. Considera que el hecho de que las clínicas IVI estén obteniendo estas elevadas tasas de éxito tiene también mucho que ver con la mejora en el equipamiento de los laboratorios, con nuevo y avanzado aparataje bien para los embriones, asemejando el entorno lo máximo posible al útero materno, o incubadores que permiten grabar diferentes imágenes y planos del desarrollo embrionario durante todo el proceso. Estas nuevas herramientas están descubriendo hitos hasta ahora desconocidos, “información que al mismo tiempo están permitiendo elevar la tasa de embarazo un 10%”.