Las residencias ya no son solo cosas de nuestros mayores, en los últimos años se han convertido en un elemento de mejora de la salud y del bienestar de muchas personas dependientes y no dependientes.

“Geriátricas”, “de ancianos”, “para la tercera edad”... hay mil maneras de llamarlas, pero son mucho más que eso, las residencias se están convirtiendo en los últimos años en un servicio tan necesario, como valorado y requerido por la sociedad alavesa. Hasta tal punto que se han convertido en una necesidad básica para muchas personas.

Con los nombres anteriormente mencionados parece que todos los centros llevan implícito que las personas que vivirán en ellas serán “mayores”, pero ¿es realmente así? Porque ¿qué es un mayor hoy en día? En la actualidad a los 60 años llamar a alguien anciano es ¡casi un insulto! y cada década que pasa las personas se mantienen activas e independientes durante más tiempo. Nada tiene que ver una persona de 70 años de los años cuarenta con una actual. Hablar hoy de un “anciano” de 60 años nos parece una broma de mal gusto cuando hace solo unas décadas hubiese sido lo correcto.

Con el paso del tiempo las residencias han terminado por convertirse en un espacio en que personas mayores dependientes o activas buscan un entorno agradable y seguro donde pasar unos meses al año o vivir de forma definitiva.