Karakate: ruta circular desde Elgoibar entre historia, monte y buenas vistasGonzalo Pérez Zunzunegui
Si se va buscando una ruta que lo tenga todo, naturaleza, historia, buenas vistas y un poco de ejercicio, desde estas líneas recomendamos una circular en el monte Karakate, saliendo desde Elgoibar. Es una de esas excursiones que no decepcionan. Comienza en el pueblo, se mete de lleno en el monte y nos regala panorámicas espectaculares.
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DATOS PRINCIPALES
· Kilómetros: 9,77 km
· Desnivel positivo: 692+
· Duración: corriendo 1:30h / Caminar - correr: 2:15h / Senderismo 3:00h
LLEGADA AL PUNTO DE PARTIDA
· Desde Donostia salimos por la parte oeste de la ciudad para acceder para coger la AP-8 dirección Bilbao. La abandonamos por la salida 64 y por la N-634 llegamos a Elgoibar.
· Desde Bilbao, salimos por la A-8 dirección Donostia. Tomamos la salida 71 para por la N-634 acceder a Elgoibar.
· Desde Vitoria, saliendo por la parte norte de la ciudad para por la N-240 coger a la altura de Luko la AP-1. Transitamos por ella hasta la salida 145, la cual tomamos para coger la AP-8 dirección Bilbao. La abandonamos por la salida 71 y por la N-634 llegamos a Elgoibar.
· Desde Pamplona, por la A-15 y la A-10 llegamos a Alsasua donde cogemos la N-1 dirección Donostia. En Beasain seguimos las indicaciones de la A-636 hasta Bergara donde nos incorporamos a la AP-1 y seguimos las indicaciones anteriores.
DESCRIPCIÓN
La ruta circular al monte Karakate desde Elgoibar es una de esas excursiones que te hacen sentirte uno con el monte. No hace falta irse muy lejos ni buscar cimas de vértigo para disfrutar de una jornada completa de senderismo espectacular. Esta ruta, que parte desde el mismo núcleo urbano de Elgoibar y asciende hasta los 742 metros de altitud del Karakate, ofrece una combinación perfecta de naturaleza, historia y paisaje. Y lo mejor de todo, se puede hacer en medio día, sin prisas pero con la sensación de haber vivido una auténtica salida montañera.
Ermita de San Roke
El recorrido comienza en las calles de Elgoibar, donde se toma dirección hacia la ermita de San Roke. Este primer tramo es asfaltado, con una pendiente suave que permite ir entrando en calor. A medida que se va dejando atrás el pueblo el entorno empieza a cambiar y pasamos del ruido urbano, que se diluye poco a poco, a un verde imponente. La ermita, situada en una pequeña loma, marca el inicio simbólico del monte. Desde aquí, la ruta se adentra en pistas forestales que serpentean entre árboles y praderas.
Caserios en las faldas de la montaña
La subida por la vertiente oriental del Karakate se realiza por caminos bien definidos, aunque en algunos puntos se ofrecen atajos más empinados para quienes prefieren ganar altura rápidamente. El terreno es mixto. Tenemos tramos de tierra compacta, otros con piedra suelta y zonas donde el barro puede hacer acto de presencia, especialmente tras días de lluvia. Es recomendable llevar calzado con buen agarre y, aunque no solemos recomendar en estos reportajes, el uso de bastones si se quiere caminar con más seguridad.
El bosque se hace mágico
Durante el ascenso, el paisaje se va abriendo poco a poco. Al principio, el bosque domina la escena donde tenemos mezcla de variedades con robles, hayas y pinos, que se alternan en un mosaico vegetal que cambia con las estaciones. En primavera, los helechos cubren el suelo como una alfombra verde; en otoño, las hojas caídas tiñen el camino de tonos ocres y rojizos. A medida que se gana altitud las vistas empiezan a asomar entre los claros del bosque. El valle del Deba se extiende hacia el norte, y si el día está claro, se puede intuir la línea del mar en el horizonte.
CONSEJOS PARA REALIZAR ESTA RUTA
· Hidratación: Aunque siempre es recomendable llevar buena cantidad de agua, existen, además en el inicio de la ruta, dos fuentes naturales donde abastecernos.
· Calzado. Terreno muy diverso, desde piedra, pista, sendero propenso al barro hace que un calzado multi superficie sea el más adecuado para la ruta.
· Dificultad. Salvo por el desnivel, tenemos alguna cuesta potente, muy sencilla tanto de orientarse como de terreno.
Uno de los aspectos más interesantes de esta ruta es su componente histórico. En la cima del Karakate se encuentran restos de antiguos castros prerromanos, estructuras defensivas construidas por los pueblos indígenas que habitaron estas tierras hace más de dos mil años. Los túmulos, murallas y vestigios de viviendas han sido objeto de estudios arqueológicos que revelan la importancia estratégica de esta cima en la antigüedad. Caminar entre estos restos es como retroceder en el tiempo y conectar con las raíces más profundas de Euskal Herria.
Cima de karakate desde Elgoibar
Hacia la cumbre
Antes de llegar a la cumbre del día, el recorrido atraviesa durante un kilómetro una zona más boscosa donde el paisaje nos va a impactar, independientemente de la estación de año en la que se haga la ruta. Es un entorno mágico, que nos envuelve y nos protege a la vez, tan solo roto por la llegada al buzón, justo en la parte final. La cima del Karakate, aunque no muy elevada, ofrece una panorámica espectacular. Desde allí se pueden ver montes emblemáticos como el Anboto, el Udalaitz o el Aizkorri, y en días despejados, incluso el Gorbea se deja ver a lo lejos. Es un buen lugar para hacer una pausa, respirar hondo y dejar que la vista se pierda en el horizonte, mientras reponemos fuerzas con un generoso hamaiketako.
Detalle del buzón
La bajada se realiza por la vertiente occidental, siguiendo un sendero más estrecho que se adentra en zonas de bosque húmedo. Este tramo tiene un carácter más íntimo, con mayor oscuridad, por lo que iremos con precaución, sobre todo en épocas húmedas, y al ser más sombrío, la única compañía que tendremos es el sonido de los pájaros. El sendero desciende de forma progresiva, cruzando pequeños arroyos y zonas de helechos. En algunos puntos, las raíces de los árboles forman escalones naturales que obligan a prestar atención al paso. Es un tramo muy agradable, ideal para caminar sin prisa y disfrutar del entorno.
Pinar espectacular
Una de las ventajas de esta ruta es su carácter circular. No hay que volver por el mismo camino, lo que permite descubrir nuevos rincones en cada tramo. Además, al estar tan cerca del núcleo urbano, es fácil acceder al punto de inicio sin necesidad de desplazamientos largos. Es una excursión ideal para quienes viven en la zona o para quienes visitan Gipuzkoa y quieren conocer sus montes sin complicaciones. En resumen, esta excursión a Karakate desde la guipuzcoana Elgoibar es una propuesta redonda ya que es accesible, variada, cargada de historia y con paisajes que sorprenden. Es perfecta para quienes buscan una experiencia de senderismo completa, sin necesidad de grandes altitudes ni largas travesías. Un recorrido que nos invita a caminar con los sentidos abiertos, a descubrir los secretos que guardan los montes vascos y a disfrutar del placer de andar por el monte.
PLANES ALTERNATIVOS
Un par de opciones extras con las que completar nuestra jornada son las que proponemos a continuación:
· Museo de la Industria Armera: fue ideado por un grupo de eibarreses a principios del siglo XX. Estos visionarios intuyeron la necesidad de impulsar la industria armera con un centro de formación especializado donde los nuevos armeros adquirieran los fundamentos teóricos y prácticos del oficio además de conocimientos sobre nuevas tecnologías; así como un Museo que fuera una herramienta pedagógica, además de un escaparate de la evolución adquirida por la industria eibarresa. Actualmente la extensa colección de armas y una gran variedad de productos fabricados en Éibar (bicicletas, motos, máquinas de coser) conforman el eje central del Museo. Su principal objetivo es la conservación y difusión de la memoria histórica y el patrimonio industrial de un pueblo de gran tradición armera, ofreciendo al visitante, un recorrido por el devenir de la historia industrial eibarresa, desde el siglo XIV hasta nuestros días. Más info en https://armia-eibar.eus/es
· Necrópolis de Argiñeta: A las afueras de Elorrio, frente a la ermita de San Adrián, se encuentra el conjunto funerario de Argiñeta, constituido por veinte sepulcros y cinco estelas. Por ello, tanto por el número y calidad de sus elementos como por la remota cronología de alguno de ellos (siglos VII-IX), es uno de los monumentos funerarios más importantes de Euskadi. El lugar no se halla cerrado, por lo que es visitable a cualquier hora del día.
Para comer y beber en Elgoibar disponemos de una gran variedad de lugares donde poder disfrutar de la gastronomía típica de la zona.