La psicóloga Elke Weber ha sido galardonada en la XVI edición del Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA, en la categoría de Humanidades y Ciencias Sociales, por sus investigaciones sobre la toma de decisiones medioambientales y los factores que motivan la acción contra el cambio climático.
La titular de la cátedra Gerhard R. Andlinger de Energía y Medio Ambiente y catedrática de Psicología y Asuntos públicos en la universidad norteamericana de Princeton, considerada por el jurado como "una influyente asesora de política ambiental a escala internacional", fue la primera psicóloga en formar parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), al que ingresó en 2010.
De esta manera, se convirtió en "pionera" al introducir por primera vez la psicología como "un campo fundamental desde el que combatir este desafío ambiental" y al ser capaz de extraer ideas de una amplia gama de campos científicos para ponerlas en práctica en "acciones consecuentes que beneficien a todo el mundo".
Sus estudios han permitido afrontar las respuestas humanas al cambio climático desde una perspectiva interdisciplinar "que se nutre de la psicología, la neurociencia, la economía del comportamiento, la sociología y la ciencia medioambiental".
Apelar a la emoción
Las investigaciones de Weber (Gelsenkirchen, Alemania, 1957), afirma el fallo del galardón, demuestran que "los procesos de decisión no se guían por principios plenamente racionales", por lo que para persuadir a la acción ante los retos ambientales "se requiere algo más que una argumentación lógica".
En ese sentido, la psicóloga ha determinado los tres factores (o "ideas fundamentales en las que se puede resumir sus contribuciones") que más influyen en la toma de decisiones medioambientales: la referencia a impactos específicos, más que a conceptos generales; la activación de emociones positivas sobre los avances que se pueden lograr a través de la acción colectiva y la experiencia o proximidad personal al problema.
En ese sentido, los huracanes o los incendios forestales por ejemplo son más proclives a motivar la acción de las personas que el cambio climático como concepto general.
Además, el miedo o la culpa por el cambio climático "son emociones que no movilizarán a la gente" porque las personas "tienden a rechazar" las negativas, por lo que es mejor "fomentar respuestas sostenidas".
Finalmente, tener una experiencia personal directa del impacto negativo del cambio climático produce "un efecto movilizador mucho mayor que el de las meras estadísticas sobre el fenómeno".
Una carrera basada en la toma decisiones
La carrera de Weber comenzó a despegar a mediados de los años 80 del siglo XX cuando comenzó sus primeros trabajos en la teoría de toma de decisiones e incertidumbre aplicada al mundo financiero.
Al ingresar en la universidad de Illinois Urbana-Champaign acuñó la expresión 'Combina y vencerás' que ha empleado en sus trabajos con la idea de traspasar los límites entre disciplinas científicas para lograr "el sesgo de la acción única", que permite abordar una cuestión de manera completa y exitosa.
Un ejemplo fue su estudio de cómo los agricultores norteamericanos luchaban contra los efectos del cambio climático sobre sus cosechas empleando una de estas tres estrategias: cambiando sus métodos de producción, usando medios financieros como seguros o pólizas de préstamo o promoviendo cambios en las legislaciones de sus localidades.
"La gente estaba haciendo una de esas tres cosas, pero no las tres juntas", constató Weber, cuando la combinación de las distintas estrategias "es más eficaz que cada una de ellas por separado".