El PNV ha llevado este miércoles al pleno del Congreso de los Diputados una pregunta dirigida al presidente español, con la intención de que Pedro Sánchez concretara cuáles son sus intenciones con respecto a la industria vasca en dos vertientes: la gestión descentralizada de los fondos europeos, y la demanda de una mayor capacidad eléctrica para abordar la descarbonización. La portavoz Maribel Vaquero tentó al socialista preguntándole si cree que está actuando de manera “eficaz”, y Sánchez se limitó a reafirmarse en el rumbo de su Gobierno; realizó un balance del dinero inyectado en el tren de alta velocidad, el hidrógeno vasco o la fabricación de componentes para el vehículo eléctrico, y su única referencia a la capacidad eléctrica vino con una mención a las obras para la conexión con el Estado francés por el golfo de Bizkaia, a través de Gatika. Además, dejó caer que esta no es “una cuestión bilateral”, sino que afecta a toda Europa, lo que está por ver si es únicamente un intento de descargarse parte de la culpa apelando al contexto surgido tras la invasión de Ucrania.

A Vaquero no se le pasó por alto que Sánchez decidiera agotar su turno en esa primera intervención de puro balance, e insinuó que quizás quería evitar una segunda intervención para no tener que responder al fondo del asunto. Le exigió “concreción” porque están en juego 117 empresas y 75.000 puestos de trabajo en la comunidad autónoma vasca, y también le reprochó que no se haya pronunciado sobre el riesgo de que Europa centralice el reparto de fondos y pase de los 530 planes actuales a solo 27, uno por cada Estado. Este fantasma sobrevuela desde hace meses, aunque la Comisión Europea trató de arreglar el entuerto en mayo y lo redujo a un malentendido, asegurando que quizás tendría que haber hablado de “planes nacionales y regionales de asociación”, en palabras del encargado de los Presupuestos, Piotr Serafin. No obstante, ante la duda, el PNV echa en falta que Sánchez se oponga de manera categórica y en público a esa centralización. El PNV ya había denunciado que el actual sistema de reparto es de por sí centralizador, porque el dinero lo recibe y administra el Estado.

"No todos los territorios son iguales"

Vaquero comenzó pidiendo “medidas para que la industria vasca siga siendo competitiva, dijo que la “electrificación es una urgencia estratégica para la industria vasca”, y que “la anunciada intención de centralizar fondos es un error”. “La baja ejecución” se debe, a juicio del PNV, a que quien reparte los fondos no conoce la industria del territorio ni tiene la competencia. “Presidente, no todos los territorios son iguales, usted lo sabe”, constató. “El Gobierno vasco es quien conoce la realidad vasca, tiene la relación con la empresa y los trabajadores vascos, y tiene planes en marcha a los que se podrían sumar los fondos europeos. Por tanto, ¿está su gobierno actuando de manera eficaz?”, preguntó.

Sánchez comenzó su réplica con un “por supuesto”. “Hemos aumentado en un 55% la inversión en las redes de nuestro país, y en el caso de Euskadi, gracias a los fondos europeos y al plan de resiliencia, hemos invertido 110 millones en la Y vasca, 200 en el hidrógeno verde, más de 300 millones para la fabricación de componentes para el vehículo eléctrico...”, reivindicó. Sí admitió que hay tareas pendientes, pero repartió las culpas porque son tareas “que arrastran todas las administraciones que me han precedido”, como las interconexiones energéticas y eléctricas. Añadió que “no estamos hablando de una cuestión bilateral, estamos hablando de una cuestión europea, como quedó reflejado al inicio de la guerra de Putin”. Apostó por un diálogo multilateral y le añadió una defensa de la cogobernanza con Euskadi. El lehendakari Pradales viene de plantear en la conferencia de presidentes que se discrimine de manera positiva a los territorios industriales. Vaquero avisó: “Necesitamos más concreción”. “Necesitamos un incremento del 50% de la capacidad eléctrica (6.000 megavatios más); está en manos de su Gobierno actuar reduciendo los tiempos planificación y elevando los límites de la inversión. Nos jugamos 117 empresas y 75.000 puestos de trabajo”.