La misión no es sencilla porque las concepciones de ambos partidos son diferentes. Pero el PNV no arroja la toalla y realizará esta semana un “último intento” de acordar con sus socios del PSE la propuesta con la que pretende garantizar los derechos de los euskaldunes a ser atendidos en euskera por la administración pública, y hacerlo con seguridad jurídica. El PNV está convencido de que el euskera está sufriendo una ofensiva judicial por parte de los tribunales, que han tumbado en varias ocasiones el nivel de conocimiento que se debe acreditar en plazas como las policías locales de diversos municipios con el argumento de que esas exigencias son “desproporcionadas”. Este criterio se cita de manera recurrente en las sentencias, y parece remitir al “principio de proporcionalidad” que se recoge en decreto de 2024, que a su vez se hereda del decreto de 1997. Ese punto deja una zona gris para la interpretación judicial, porque estipula que la administración debe aplicar las medidas “menos lesivas” cuando pondere los perfiles lingüísticos y otros intereses. 

Los socialistas no comparten que exista esa ofensiva judicial, y su secretario general, Eneko Andueza, repetía este martes en Euskadi Irratia que él está a favor “de los derechos laborales” de quienes se presentan a las OPE, por encima de cualquier otra consideración. Los derechos laborales los invoca también el sindicato CCOO, que ha pedido de manera recurrente que se flexibilicen los requisitos. Además, el PSE se ciñe al decreto de la legislatura pasada, lo que parece sugerir que el margen de maniobra que han ofrecido los socialistas en las negociaciones es muy limitado. Se están remitiendo como punto de partida a un decreto al que los tribunales ya le han tomado la medida. Ahora bien, tampoco cierran la puerta al acuerdo, ante el riesgo de proyectar una falta de sensibilidad ante el euskera. El PNV mantiene la mano tendida, pero es el momento de entrar en una fase resolutiva, y esta semana anunciará el desenlace.

El PSE se circunscribe a la idea vigente de los perfiles asimétricos que permiten cierta flexibilidad entre el nivel oral y escrito, por ejemplo, para los puestos de atención telefónica; y siguen apostando también por los índices de obligado cumplimiento para determinar el porcentaje total de puestos de trabajo que deberán tener perfil lingüístico preceptivo en cada entidad, pero a este criterio le quiere dar la vuelta EH Bildu, para que la administración no fije dónde hay que exigir el euskera, sino que lo exija de manera generalizada y, a partir de ahí, concrete las excepciones.

EH Bildu presiona

Las negociaciones se remontan a unas cuantas semanas atrás, y el PNV únicamente se había referido a ellas de manera sucinta por boca de Aitor Esteban en la comparecencia conjunta con Eneko Andueza para presentar la proposición de ley de vivienda. Sin embargo, en una entrevista concedida este martes por el portavoz de EH Bildu, en Naiz Irratia, Pello Otxandiano reveló más entresijos. Unas horas después de que el lehendakari Pradales apostara en Bilbao por dar un nuevo impulso al euskera con la mirada puesta en el año 2027, Otxandiano se decantó por presionar y aseguró que este debate no puede esperar más. Por ello, su grupo ha presentado ya una iniciativa parlamentaria para reformar la Ley de Empleo Público, y ha revelado que PNV y PSE ya la conocían y le pidieron más tiempo.

EH Bildu propone “revertir el funcionamiento actual” de las exigencias lingüísticas: exigir el conocimiento del euskera y el castellano de manera generalizada y, a partir de ahí, establecer las excepciones en plazas determinadas. En esas plazas, el euskera sería un mérito.

Fuentes de la Ejecutiva jeltzale consultadas por este periódico recordaron que al PNV “le preocupan las sentencias contra el euskera” y, por ello, llevan “semanas trabajando en una propuesta que dé seguridad jurídica a quienes se presentan a una OPE y para garantizar los derechos lingüísticos de los y las euskaldunes”. “Estos próximos días se hará un último intento para consensuar esa propuesta con el PSE. Y esta misma semana daremos cuenta del resultado de estas últimas conversaciones”, dicen.

Mientras se mantenga abierta la negociación con los socios, el PNV no va a ponerse en el caso de que las conversaciones no lleguen a buen puerto, ni revela si va a presentar una iniciativa por su cuenta. No se conoce públicamente su propuesta, pero fuentes conocedoras del intercambio de documentos aseguran que tampoco es la de EH Bildu, que plantea una exigencia generalizada de perfiles y establecer después las excepciones. El PNV lleva un tiempo dándole vueltas a la reforma de la Ley de Empleo Público, pero en otro sentido que garantice también la seguridad jurídica.

Los varapalos judiciales, de la Policía municipal a la "dificultad" del euskera

El problema se ha intensificado en los últimos tres años. Se han sucedido los pronunciamientos de los tribunales que alegan la falta de “proporcionalidad” de las exigencias de euskera, y es ahí donde parece estar el nudo gordiano. Un juzgado contencioso anuló las exigencias para la Policía local en Donostia, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco también entró en el debate y anuló el B2 para ser policía municipal, el Tribunal Constitucional tumbó un artículo de la Ley Municipal vasca que abogaba por promover el uso del euskera en la documentación de los ayuntamientos y que decía que los trabajadores tenían que alegar desconocimiento del euskera para recibir la documentación en castellano... Para rizar el rizo, una jueza de Gasteiz obligó al Ayuntamiento de Laudio a readmitir a un trabajador con un argumento más arbitrario que jurídico, asegurando que “el euskera ocupa la quinta posición de los idiomas más difíciles del mundo”, o la primera, según el ranking que se mire.

Los derechos laborales

En Euskadi Irratia, el socialista Eneko Andueza ha dicho que el decreto de 2024 puede ser el punto de partida, que es “muy apropiado”, y repitió que, entre “los derechos lingüísticos y los derechos laborales, siempre apostaremos por los laborales, siempre defendiendo el euskera y su uso”, aplicándolo en su justa medida.

Desde el PSE explican a Grupo Noticias que están “notando cierta impaciencia de EH Bildu” y que este debate se puede convertir en un “marcaje entre nacionalistas”. En principio, la propuesta de Otxandiano tampoco es la suya, aunque no quieren ser muy categóricos a la espera de ver cómo evolucionan los acontecimientos. Sí admiten que el acuerdo con el PNV tampoco es fácil. El marco del que parte el PSE es el decreto de los perfiles lingüísticos, respetar los índices que fijen las administraciones, y reforzar si acaso este modelo, en lugar de eliminar los límites porque “los jueces dicen que se han sobrepasado esos límites”. “No es bueno legislar así, puede parecer que se eliminan los límites con carácter impositivo”, dudan.

Desde el Gobierno vasco, Maria Ubarretxena vio la propuesta de Bildu como una aportación, pero matizó que el salto cualitativo del euskera va más allá de una reforma puntual. De hecho, Pradales diferenció ambos planos en Bilbao, aunque Bildu se lo tomó como una demora más.

EH Bildu: que el Gobierno fije las excepciones y número máximo de plazas exceptuadas

Lo que plantea EH Bildu es que se cambie de paradigma, de manera que, en lugar de que la administración pública fije en qué puestos debe exigir el euskera, lo exija de manera generalizada, y solo a partir de ahí se fijen unas excepciones concretas. Su iniciativa establece que “todos los trabajadores de la administración pública vasca” deben conocer las dos lenguas oficiales por escrito y a nivel oral. Los trabajadores públicos a los que se haya exceptuado de ese conocimiento, o se les haya “aplazado”, recibirán una formación adecuada con el objetivo de alcanzar el perfil necesario. Le corresponderá fijar los requisitos para esas excepciones o esos aplazamientos al departamento que tenga la competencia sobre política lingüística, así como el “número de plazas” que se pueden exceptuar o aplazar como máximo en cada organismo público. EH Bildu justificó esta iniciativa en que pretende buscar una salida política al contencioso y “recuperar el equilibrio y legitimidad democrática del modelo de perfiles”. Pello Otxandiano aseguró que EH Bildu quiere blindar los perfiles que ya existen, y dejaría para el futuro una concepción más ambiciosa.

Según este grupo parlamentario, la exigencia en el conocimiento de ambas lenguas sería generalizada, “pudiendo exceptuarse, de forma justificada y objetiva, aquellas plazas determinadas por los poderes públicos”. “En tales casos, el conocimiento del euskera sería valorado como mérito”, añadieron. Creen que existen condiciones objetivas para respaldar este cambio, como que la encuesta sociolingüística sitúa en un 75% a quienes apoyan la exigencia de conocimiento de las dos lenguas, y el conocimiento bilingüe entre la población de 0 a 29 años ha escalado del 50% hasta el 90% en 35 años.