Todas las piezas encajan y cada vez suena con mayor fuerza la hipótesis de que las elecciones vascas se celebren el 21 de abril. La semana pasada, el lehendakari realizaba un balance satisfactorio de la legislatura, justo después de aprobar las tres últimas leyes y mientras se espera un acuerdo inminente con el Estado para asumir nuevas competencias. El lehendakari destacaba que la mayoría de las leyes se han aprobado por consenso, los indicadores socioeconómicos han mejorado, y el programa ha quedado ampliamente cumplido, lo que amplificó la sensación de cierre de ciclo. Este mismo lunes, Urkullu ha recibido en Ajuria Enea a los líderes de los dos partidos que componen su Gobierno, al presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, y al secretario general del PSE, Eneko Andueza. Según ha podido saber este periódico, a ambos les pidió su criterio sobre la fecha en la que tendrían que celebrarse los comicios, un gesto de deferencia para no elegir una fecha que pudiera incomodarlos. 

Sin embargo, es una pregunta que Ortuzar prefirió no contestar, y decidió fiarse del criterio del lehendakari y dejarlo en sus manos, según fuentes jeltzales. Andueza sí respondió, aunque fuentes socialistas consultadas por este periódico prefieren no revelar la fecha que puso sobre la mesa. Lehendakaritza tampoco concretó tras el encuentro qué decisión ha tomado Urkullu. En cualquier caso, nadie se espera una sorpresa a estas alturas. Los días críticos serán el lunes y martes de la próxima semana, cuando se espera la disolución del Parlamento y la convocatoria de las elecciones para el día 21 de abril, que debe hacerse con 54 días de antelación. El propio PNV da por cumplido un “amplísimo grado” del programa.

Los vaticinios parecen bien encaminados, en buena medida porque el propio lehendakari dio una pista clave cuando matizó en público que, en el caso de que las elecciones fueran en abril, no supondrían un adelanto electoral porque, en 2020, hubieran tenido lugar el día 5 de ese mes de no ser por la pandemia del coronavirus. 

Lo cierto es que nadie ha salido del encuentro de con una certeza absoluta sobre el calendario, pero se trabaja con esa hipótesis. Todo parece apuntar a que Lehendakaritza trata de evitar una filtración a la prensa. Las formas son importantes, sobre todo, porque antes de convocar las elecciones aún tiene que comunicarle la fecha al Consejo de Gobierno. Al mismo tiempo, hay poco margen para que la fecha sea otra (si acaso, de un puñado de días arriba o abajo, y con la limitación adicional de que celebrarlas el día 28 de abril chocaría con las fiestas de San Prudencio en Araba). Además, ya se han cumplido los criterios establecidos por el lehendakari, se han aprobado las leyes pendientes y las transferencias están al caer. De hecho, el encuentro de este lunes se ha saldado con un compromiso por parte de Urkullu, Ortuzar y Andueza para que cada uno, desde su ámbito, realice sus “mejores esfuerzos” para que lleguen a la mayor brevedad posible los traspasos de ferrocarriles, convalidación de títulos universitarios extranjeros y segunda fase de acogida a los refugiados y migrantes. Lo harán este mes y es cuestión de días.

¿Reedición del pacto?

El encuentro (comenzó entre el lehendakari y el socialista, y después se incorporó el jeltzale) sirvió para escenificar un cierre de filas absoluto entre ambos socios, incluso por encima de las fricciones que han llegado a surgir en esta legislatura entre el líder del PSE y el lehendakari sobre la Ley de Educación o los discursos en materia de autogobierno. El secretario general del PSE, Eneko Andueza, explicó en unas declaraciones colgadas en las redes sociales del partido que los tres líderes se habían reunido para hacer balance de la legislatura, pero también de la década de colaboración entre PNV y PSE. Andueza trasladó al lehendakari su “satisfacción por el trabajo desarrollado en circunstancias especialmente difíciles como la pandemia, y porque hemos logrado que la política se centre en atender las necesidades de vascos y vascas”.

¿Quiere anticipar con esta idea que repetirá su alianza con el PNV? Fuentes de la Ejecutiva de Andueza aclaran que el propósito de este reconocimiento no era justificar una futura reedición del pacto, y matizan también que hace falta mayor “ambición” en la gestión, pero sí admiten que están satisfechos con los acuerdos, muy especialmente desde 2020, porque el nivel de cumplimiento ha sido “grande” a pesar de la pandemia. Esta satisfacción puede definir a futuro la reedición del pacto, pero habría más factores.

Andueza se centró en lo positivo. “Queda mucho por hacer y por mejorar, pero debemos valorar la estabilidad que hemos proporcionado a las instituciones y la colaboración sincera entre ambos partidos. En lo personal, estimo la dedicación y el rigor de Iñigo Urkullu como lehendakari, al que le he deseado lo mejor para el futuro. No hemos coincidido siempre, pero sí lo hemos hecho en el objetivo de llevar adelante unos acuerdos de gobierno que han sido buenos para el conjunto de la sociedad vasca”, dijo.

Reconocimiento del PNV

Por su parte, según informó el PNV en una nota, Ortuzar trasladó a Urkullu “el reconocimiento y la satisfacción del PNV por la positiva acción del Gobierno vasco a lo largo de una legislatura que enfila su recta final y en cuyo balance destacan la consolidación de los servicios públicos de calidad y una altísima producción legislativa”. PNV y PSE coincidieron en agradecer a Urkullu, que no repetirá como candidato, su “dedicación y desempeño” en una legislatura adversa marcada por la sucesión de crisis. Urkullu compartió su balance, presidido por los consensos a pesar de la mayoría absoluta de PNV y PSE. Los jeltzales creen que el Gobierno está en un “momento dulce” tras alcanzar un “altísimo grado de cumplimiento”. Destacaron la “colaboración, confianza y respeto” que ha presidido el Gobierno de coalición. El lehendakari agradeció la confianza y el apoyo leal de PNV y PSE en una legislatura que cree que ha dado frutos.