La determinación del Gobierno Vasco de incorporar las prácticas restaurativas en el sistema penal, una vez asumió la competencia penitenciaria el pasado 1 de octubre, gana impulso decidido con el workshop internacional que acoge desde ayer el Bizkaia Aretoa sobre esta materia. Este foro se enmarca en el proceso de aportaciones al documento Estrategia Vasca de Justicia Restaurativa 2022-2025, que trata de incidir en “las necesidades de las víctimas y en la función rehabilitadora de la pena” una vez se dicta sentencia, recordó la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, en la intervención que inauguró las jornadas.
Tras ella tomó la palabra el director de Justicia del Gobierno Vasco, Eugenio Artetxe, que recordó en qué consiste la justicia restaurativa. Citando al Consejo de Europa, aseguró que es “todo proceso que permita a aquellas personas dañadas por el delito y a las personas responsables del daño a participar activamente, si dan su consentimiento libremente, en la resolución de las consecuencias del delito, con la ayuda de un tercero independiente y cualificado”.
A continuación recordó que el objetivo final es “aprobar una estrategia de justicia restaurativa para Euskadi que la impulse bajo principios, reglas y orientaciones comunes, de forma que víctimas y victimarios tengan la oportunidad de determinar si la justicia restaurativa es adecuada para ellos”. Todo ello “con independencia de la fase del proceso de justicia penal, incluida la ejecución”, lo que, a juicio del Gobierno Vasco, “puede contribuir a la humanización de la justicia penal”.
La justicia restaurativa pone el foco en la reparación de las consecuencias del delito, más que en el castigo”, insistió Artetxe. Sin embargo, a pesar de la amplia experiencia que existe en Euskadi sobre estas técnicas, sobre todo en el servicio de justicia juvenil (con 1.812 procesos restaurativos desarrollados entre 2014 y 2018), queda un largo trecho por recorrer a la hora de sistematizarlas e implementarlas en la vía penal para que estén a disposición de víctimas y victimarios. En esta necesidad se enmarca el ambicioso proceso en el que se ha sumido el Ejecutivo vasco.
Con todas las aportaciones que se realicen, incluyendo las conclusiones que arrojará hoy el workshop internacional, se “reformulará el documento definitivo”, aseguró la consejera Artolazabal, para lo que todavía quedan varias semanas de trabajo. En su discurso, explicó que el proceso penal busca determinar qué ha sucedido, quién lo hizo y qué castigo se impone, pero “se olvida, muchas veces, de las necesidades de las víctimas y de la función rehabilitadora de la pena”.
“La víctima necesita dejar de ser víctima y para ello necesita que su victimario deje de ser su victimario”, enfatizó. Por último, y en lo que respecta a los procesos restaurativos con personas vinculadas a ETA, la consejera dijo que “vamos a trabajar con determinación desde la discreción”. En una entrevista con este medio publicada el pasado domingo, Eugenio Artetxe avanzó que el Gobierno vasco ya tiene constancia del interés de presos de la banda para tomar parte en estos encuentros restaurativos, a tenor de las cartas que han redactado en las que asumen los delitos cometidos y se desvinculan de la violencia.
El simposio de ayer y hoy en Bilbao reúne a especialistas de talla internacional para hablar de justicia restaurativa. A lo largo de las jornadas se analiza su aplicación, entre otros, en casos de extremismo violento y delitos de odio, o de violencia sexualizada desde una perspectiva transformadora y restaurativa feminista. l
“Queremos que víctimas y victimarios puedan ver si la Justicia restaurativa es adecuada para ellos”
Director de Justicia del Gobierno Vasco