Tras la votación de la reforma laboral, que el Gobierno español salvó de carambola por un solo escaño de diferencia y sin sus aliados del PNV y ERC, se han multiplicado los llamamientos públicos a Pedro Sánchez para que recomponga el bloque de la investidura. Sus aliados dentro del nacionalismo vasco y catalán, así como sus compañeros de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros, lo intentan disuadir para que deje de experimentar con mayorías alternativas en torno a Ciudadanos, que son muy precarias y que, además, en el futuro lo serán mucho más por los movimientos que se están produciendo dentro de los grupos.

En concreto, entre junio y julio, Sánchez perderá el escaño de Nueva Canarias, un aliado estable y habitual que apoyó la investidura y ha dado su respaldo a los dos Presupuestos de esta legislatura. Pedro Quevedo tendrá que ceder su sitio a María Fernández, de Coalición Canaria, en el marco del acuerdo que tienen suscrito y que supondrá que esta formación, con quien Sánchez tienen una relación con muchos más altibajos, eleve su presencia hasta los dos asientos.

En paralelo, Unidas Podemos se resiste a cubrir la vacante de Alberto Rodríguez hasta que agote la vía del recurso al Tribunal Constitucional, y asume ya que podría conducir a que su escaño quede vacío durante toda la legislatura. Supondría que el PSOE y Unidas Podemos sigan con 154 asientos, en lugar de los 155 con los que arrancaron hace dos años.

LA BELIGERANCIA DE ANA ORAMAS

Esta situación será más relevante a futuro. De hecho, en realidad, durante la aprobación de la reforma laboral, el escaño de Rodríguez ya estaba vacante, y Coalición Canaria dio su voto a favor, de manera que no hubiera influido negativamente que los dos escaños que se reparte con Nueva Canarias fueran suyos. Pero la subida de Coalición Canaria a dos escaños sí será relevante a futuro: aunque apoyó la reforma laboral, venía de votar en contra de los Presupuestos para 2022 tan solo unas semanas antes, y Oramas también votó en contra de la investidura de Sánchez.

Aunque Oramas rechazó la investidura saltándose la disciplina de su partido, Coalición Canaria tampoco había planteado un cierre de filas con Sánchez, sino que se había decantado por una abstención, lo que da una medida de que su distancia con el presidente español es mayor.

Además, el traspaso de poderes entre Nueva Canarias y Coalición Canaria no está siendo nada plácido. Pedro Quevedo insinuó que está recibiendo presiones de Coalición Canaria para marcharse en junio sin estirar su presencia hasta el 7 de julio, hay tensión, y él mismo ha deslizado públicamente que el PSOE le ha dicho que lamentará mucho su ausencia.

ADANERO Y SAYAS QUIEREN MANTENER SUS ACTAS

En cifras, Sánchez aprobó la reforma laboral con 175 apoyos (uno de ellos, el voto por error del diputado del PP Alberto Casero), frente a 174 en contra. Los 175 votos se los dieron, además de Casero, el PSOE, Unidas Podemos, C’s, Más País, Compromís, PDeCAT, Nueva Canarias, Coalición Canaria, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe. No pudo contar Sánchez con los dos de UPN que supuestamente había amarrado.

Javier Esparza había anunciado el voto a favor, pero los diputados Carlos García Adanero y Sergio Sayas rompieron la disciplina de voto y pulsaron el botón del no. De no haber sido por el error del PP, la reforma hubiera caído. De ahí que, de no ser por el PP, el mero desmarque de UPN ya hubiera dinamitado la mayoría con C’s, que hubiera sido inviable.

Además, Adanero y Sayas han avisado en público de que no piensan renunciar a sus actas. Si no lo hacen, se quedarán como diputados no adscritos, y cabe interpretar que lo harán para mantener una posición beligerante contra Sánchez. Nadie echa un pulso de esta magnitud con su partido para después avenirse a una posición más moderada. De ahí que sus dos escaños se hayan esfumado por completo como posible opción para la mayoría alternativa. La vía C’s es ahora un espejismo.

LA DESCOMPOSICIÓN DE CIUDADANOS

La otra alternativa, que los dos diputados de UPN renuncien a su escaño y corran las listas, sí podría dar cierto margen al presidente español, porque serían sustituidos por un representante del PP y otro de C’s, que suspira por recuperar el protagonismo perdido pactando con Sánchez.

Pero el partido naranja tampoco es la vía más fiable, por su estado de descomposición, sus tensiones internas y el fiasco de la moción de censura fallida en Murcia. Además, es difícil de imaginar qué leyes de Vivienda y de Memoria Democrática o qué reforma de la Ley Mordaza podrían fructificar, si es que fructifican, con esa amalgama de aliados.

EL 'FACTOR RODRÍGUEZ'

Unidas Podemos pide recuperar la mayoría de investidura con PNV y ERC, y acordar también con EH Bildu. Cree que los socialistas tratan de desviar la atención hacia la vacante de Rodríguez, que no era decisiva, y de todos modos no hubiera tenido importancia si Sánchez hubiera llegado más sobrado de apoyos contando con sus aliados en la reforma laboral. Podemos Canarias anunció el martes que el escaño de Rodríguez por Santa Cruz de Tenerife quedará vacante hasta que se resuelvan sus recursos en el Constitucional.

Su asiento está vacío desde octubre, cuando la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ejecutó la sentencia del Supremo por un delito de atentado contra agentes de la autoridad. Podemos acusa a Sánchez de jugar a la “ruleta rusa” en el Congreso, y PNV y ERC defienden que solo ellos le proporcionan una mayoría sin sobresaltos.