- El comisario jubilado José Manuel Villarejo reveló ayer que “en otro tiempo trabajó” con la actual vicepresidenta tercera del Congreso, la dirigente de Podemos Gloria Elizo, y que utilizó su despacho de abogados como un “buzón” además de pagarle “unos honorarios”. “Y además eso ella lo sabe”, sostuvo antes de acudir a la reanudación del juicio que se sigue por él en la Audiencia Nacional (AN) tras ser preguntado si solicitará la expulsión de la causa de la formación morada, que ejerce como acusación popular. “No tengo interés. Lo único que puedo decir es que gente muy importante como en otro tiempo mi buena amiga Gloria trabajó conmigo y ahora es responsable de temas jurídicos”, aseguró Villarejo, a quien le “apetece” que Podemos siga “inquiriendo y preguntando cosas que deben de salir a la luz” en el juicio por las piezas Iron, Land y Pintor. En este contexto, el coportavoz estatal de Podemos, Pablo Fernández, cuestionó la credibilidad del comisario al recordar que es el “sicario mayor de las cloacas”. “Todos sabemos quién es Villarejo, los recursos que utiliza y más allá que decir que viene del jefe de las cloacas no puedo añadir nada más”, añadió.
El empresario Juan Muñoz, marido de la periodista Ana Rosa Quintana, y su hermano, ambos acusados por un presunto encargo de espionaje al excomisario, sí que pidieron también la expulsión de Podemos como acusación popular al considerar que no existe “interés legítimo” para que esté en la causa. En este caso la solicitud únicamente se ciñe a la denominada pieza Pintor. Con ese nombre se conoce al presunto encargo de espionaje efectuado a Villarejo para presionar a un exsocio de los hermanos por una deuda y conseguir que él y su abogado, el juez inhabilitado Javier de Urquía, “modificaran su estrategia procesal” en un procedimiento judicial. Según la investigación, ambos empresarios, que llegaron a un acuerdo con la Fiscalía a cambio de reconocer los hechos, habrían pagado 20.000 euros al comisario, que les llegó a facilitar un vídeo de Urquía consumiendo cocaína, si bien no utilizaron la información que se les proporcionó.
Por otro lado, Villarejo lamentó que se le trate como a un “cacahuete andante” porque, mientras “la gente” se fija en él, no pone el foco en otras cuestiones relevantes, al tiempo que denunció que la macrocausa Tándem -que engloba más de 30 piezas sobre sus negocios privados- “no tiene precedentes” en el Estado. A su juicio, si el foco se pone en su persona, “se olvida de que un terrorista entró con pasaporte falso y no pasó nada”, en alusión al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, o de que una “furgoneta que llevaba material” de la familia Pujol fue atracada por “cuatro señores armados” que la incendiaron, “como si estuviéramos en México”. “Nos la jugamos todos, no solo yo como imputado”, reseñó, preguntándose si “vale todo con tal de aniquilar a alguien”, incluso que Fiscalía pueda falsificar documentos y presentar “pruebas falsas porque así se lo han ordenado”.
Cohecho. La Audiencia Nacional confirmó la decisión del magistrado instructor de Tándem, Manuel García-Castellón, de imputar a la persona jurídica de Iberdrola Renovables por presunto delito de cohecho por los encargos que habría realizado a Villarejo cuando estaba en activo en el llamado proyecto Wind. Así, desestimó el recurso presentado por la compañía al considerar que los hechos contenidos en el auto del titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 contienen fundamentación suficiente. Además, se rechaza en otro auto el escrito presentado por el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en el que solicitaba que se estableciera que él no formaba parte del órgano de gobierno de la filial de renovables.