- Aunque la mayoría absoluta está asegurada por los socios de gobierno, y cuando aún está por lanzarse el proyecto, en puertas de adentrarse en la fase de negociaciones, Iñigo Urkullu vuelve a tender la mano a EH Bildu para acordar los Presupuestos de 2022, al igual que hizo los dos últimos años sin una respuesta exitosa. “La puerta está abierta”, conminó ayer el lehendakari a la coalición soberanista, que le había emplazado a ejercer un modelo de cogobernanza con el resto de formaciones políticas. El jefe del Ejecutivo vasco tentó además a Elkarrekin Podemos ofreciéndole un espacio para incidir en materia de vivienda a cambio de reforzar el apoyo a las Cuentas. “Este Gobierno mantiene la disposición al diálogo, el acuerdo y la colaboración”, subrayó el jeltzale.
Durante el pleno de control en el Parlamento de Gasteiz, Urkullu recordó a Maddalen Iriarte que “la reorientación del Presupuesto de 2020, la aprobación de la ley de presupuestos de 2021, o la ley para la gestión de la pandemia fueron oportunidades que EH Bildu habría podido aprovechar”, por lo que el proyecto presupuestario que se prevé aprobar próximamente “ofrece una nueva oportunidad”. “Les invito a participar”, apeló a Bildu, señalando que el proceso de debate y aprobación de leyes en la Cámara “permite contrastar la voluntad real de acuerdo entre los grupos y el Gobierno”. Previamente, la portavoz de la coalición abertzale lamentó que pese a los mensajes del lehendakari en defensa de la cogobernanza, este ha actuado “como quien oye llover” ante las propuestas de colaboración planteadas desde sus filas en cuestiones como los fondos europeos. “No sé cuál es el papel de la oposición. Las palabras se las lleva el viento si no se añaden acciones y si se habla de gobernanza colaborativa y no se practica queda en papel mojado”, afeó Iriarte, tras recordar que la última reunión que mantuvo con el jeltzale fue el pasado 17 de marzo.
Urkullu replicó evocando los trabajos del Consejo Asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi, más conocido como LABI, y se mostró favorable a “reforzar los espacios de colaboración respetando los ámbitos de cada uno”. Y, con todo, insistió: “Somos conscientes de la voluntad de dialogar y de la oportunidad de acordar”. En este sentido, puso en valor los acuerdos alcanzados en el pleno del Parlamento Vasco con EH Bildu, uno de ellos relacionado con la nueva Ley de Educación, y advirtió de que la fórmula del “todo o nada” para ejercer la función de control al Gabinete de PNV y PSE no es la más adecuada. Iriarte incidió en que Euskadi afronta grandes retos a los que hay que dar respuestas “urgentes y con precaución” que sirvan para “el medio y el largo plazo”, toda vez que toca buscar soluciones a los desafíos que se abren en la “nueva fase” tras haber quedado atrás la más intensa de la pandemia.
Paralelamente, en respuesta a una pregunta de la portavoz de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, que le interpeló sobre los planes para implementar algunas medidas que se recogerán en la futura Ley de Vivienda estatal; el lehendakari admitió que en esta materia hay margen para la mejora y se mostró partidario de explorar posibles medidas. Con todo, aseveró que Euskadi es un “referente” en el Estado y destacó que en los últimos tres años más de 33.000 familias vascas han recibido prestaciones económicas para el pago de los arrendamientos. El jeltzale valoró además que la CAV fue una comunidad pionera en el reconocimiento legal del derecho subjetivo a la vivienda que se aprobó en 2015 y hasta la fecha 6.200 personas han accedido a este derecho. Asimismo, reseñó que toda la vivienda pública se dedica al alquiler y que más de 2.200 jóvenes se han beneficiado de una subvención de hasta 250 euros mensuales para el pago del alquiler a través del programa Gazte Lagun. En cuanto a los desahucios, mientras en España han crecido un 13 % en el primer trimestre de este año, en Euskadi se han reducido un 8%. “En definitiva, dedicamos 74 euros por habitante a la política de vivienda, cuando la media en el Estado es de 41 euros. Y acabamos de elaborar, además, el Plan Director de Vivienda 2021- 2023”, zanjó.
Eso sí, Urkullu acusó a Bildu y Podemos, fuerzas que denunciaron las “puertas giratorias” y las “relaciones estrechas” de excargos del PNV con empresas energéticas, de sembrar una “sospecha general” sobre los políticos y de recurrir a la práctica del “calumnia que algo queda” para perjudicar al Ejecutivo vasco. Aludió a que Lakua cuenta desde 2013 con un código ético que regula la conducta de los miembros de su Gobierno; que el Parlamento aprobó en 2014 la ley de incompatibilidades; y que su Gabinete aprobó en 2015 el decreto que desarrolla dicha ley, en el que se establecen obligaciones y limitaciones que abarcan hasta dos años después de haber permanecido en cargo público. Urkullu reconoció que le “preocupa” la distancia y la “desafección” de buena parte de los ciudadanos respecto a los políticos, por lo que apeló al rigor y a la prudencia con estos debates.
El líder jeltzale aprovechó la sesión de ayer para contestar al PP+C’s que su gobierno tiene esta legislatura 12 altos cargos más que la anterior porque hubo que hacer frente a las necesidades generadas por la pandemia y para gestionar las nuevas competencias. Y puntualizó a Vox que se adoptó la decisión de devolver las multas abonadas por los ciudadanos sancionados por vulnerar las restricciones del primer estado de alarma cuando se constató la “viabilidad” y la “seguridad jurídica” de la medida.
“Este Gobierno mantiene su disposición al diálogo, al acuerdo y a la colaboración”
Lehendakari
“Hablar de gobernanza colaborativa pero no añadir acciones hace que quede en papel mojado”
Portavoz de EH Bildu en el Parlamento