Antton Karrera ha asegurado que con el Proceso de Burgos, Franco intentaba dar un nuevo escarmiento a la sociedad. Entrevistado en Euskadi Hoy de Onda Vasca, Karrera, condenado a doce años de prisión por un delito de rebelión militar ha destacado que la respuesta de la sociedad obligó al régimen a cambiar sus planes.
"Nos llevaron a Burgos donde se habían fusilado a 2.000 personas. Franco quería dar un escarmiento a la sociedad. Hubo tal movilización a nivel estatal y aumentó de tal forma la presión mundial contra el régimen, que no le quedó más remedio que cambiar de planes".
Lo mismo opina Luis Castells, catedrático de Historia Contemporánea UPV/EHU. "Las movilizaciones tuvieron su foco en Euskadi, pero se extendieron al estado y tuvieron un enorme eco internacional. También se movilizaron las cancillerías europeas e incluso el presidente Nixon llamó a Franco para pedir clemencia".
Castells ha destacado que las movilizaciones aunaron a toda la oposición, pero ha reconocido que auparon a ETA en un momento en el que la organización estaba debilitada. "ETA es un efecto perverso del Proceso de Burgos".
Por su parte, Karrera ha desvelado que antes de iniciarse el juicio todos los procesados tuvieron ocasión de reunirse en los sótanos del Gobierno Militar de Burgos y que la gran mayoría mostraron su rechazo a la última acción de ETA. "Nueve de los dieciséis procesados votamos en contra del secuestro del cónsul Bëihl. Hicimos un comunicado pero nunca se hizo público".