- El PP se erige en el dique de contención ante un Pedro Sánchez “entregado” al independentismo y para ello ha sumado a su consabido catálogo de bazas para contraatacar al Gobierno de coalición el pacto entre Moncloa y ERC sobre la armonización fiscal. Su líder, Pablo Casado, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso protagonizaron ayer sendos actos con tinte electoralista precisamente en Catalunya para reivindicar la autonomía de Madrid para subir o bajar impuestos, y de paso el primero de ellos lanzó una andanada al presidente español a cuenta de la singularidad del Concierto Económico vasco. El máximo dirigente de Génova 13 cuestionó que partidos que se definen federales, como el PSOE, estén “poniendo en duda” que haya otros regímenes fiscales, consagrados en la Constitución, como el propio Concierto, el Convenio navarro o también el régimen económico de las Islas Canarias. “Al PP nos gusta el Estado autonómico y el sistema fiscal que tiene España y por eso vamos a seguir defendiendo que allí donde gobernamos se bajen impuestos”, recalcó Casado.
Aunque sin dirigirse a él expresamente, el PNV aclaró que la CAV se rige por un sistema que está fuera del “régimen común”. El portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, señaló en Euskadi Irratia que el acuerdo alcanzado por Esquerra, que “no está aún definido”, es positivo para el Estado en lo referente a su avance “hacia la homogeneización”, pero que en ningún caso atañe a Euskadi. Aprovechó para recordar que su formación saldrá siempre en defensa del Concierto ahora que vuelve a irrumpir, de forma interesada, en el juego partidista.
Sí resultó curiosa la defensa del régimen vasco que hizo ayer Ciudadanos, de uñas con el PP por no respaldar una coalición constitucionalista en Catalunya. Su líder, Inés Arrimadas, censuró que ERC quiere impuestos altos en su territorio para mantener los “chiringuitos” del nacionalismo, pero colocó un escudo respecto al Concierto vasco. Tras afirmar que Sánchez persigue “la ley del embudo” con este tema, precisó que el sistema que regula las relaciones tributarias y financieras entre el Estado y la CAV es “un régimen fiscal que tiene amparo constitucional”. Otra cosa distinta, matizó, es que “la estimación del Cupo”, el dinero que los ciudadanos vascos aportan al Estado por los servicios que éste le presta -y que la marca naranja ha llamado siempre despectivamente cuponazo-, “no se haga con criterios objetivos”. “Yo creo en la igualdad de derechos de los españoles y en unos servicios mínimos en toda España, pero también creo en la descentralización”, concluyó Arrimadas, quizás buscando un gesto con el que diferenciarse de PP y de Vox después de sumarse ella a la negativa a los Presupuestos.
En este contexto, Casado recriminó tanto al PSOE como a los independentistas que hayan puesto “en su diana” al Ejecutivo de Díaz Ayuso, rechazando de plano que en Madrid haya un “paraíso fiscal”, y advirtió a Sánchez de que la armonización fiscal es “ilegal e inconstitucional”. “Somos un Estado autonómico que permite un margen fiscal a las autonomías, que pueden reducir o aumentar ciertas bases imponibles y tipos fiscales como el caso del IRPF o bonificar otros impuestos como el del Patrimonio, Sucesiones y Donaciones”, manifestó. De paso recalcó que es falso que al líder del PSOE “solo le importan tres letras, PGE”. “A Sánchez le importan otras seis letras: ERC y EHB porque con los Presupuestos no se ha ocupado de los catalanes ni del resto de españoles, sino que se ha ocupado de contentar a Bildu y a ERC”, cerró el líder del PP. Por su parte, Ayuso replicó al portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, que “tiene razón. Madrid es un paraíso, pero de libertad y de respeto a los ciudadanos, y no de imposición política”. Paralelamente, el alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida, negó que Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda en el Gobierno de Mariano Rajoy, plantease una armonización fiscal, y explicó que lo que hizo fue impulsar un grupo de trabajo para reformar el sistema de financiación autonómica.