vitoria - Alfonso Alonso dio ayer por terminado el pulso mantenido en los últimos meses y especialmente en la última semana con Pablo Casado y la dirección estatal de su partido. El ya expresidente del PP de la CAV anunció su dimisión y el abandono de la política poniendo fin así a una sucesión de desencuentros con Génova. En su despedida no hizo sangre contra la cúpula del partido pero confesó que deja el cargo al no contar con la confianza del partido y reclamó a Casado que respete la singularidad del PP vasco.
El anuncio se produjo al día siguiente de que Casado fulminara a Alonso como candidato a lehendakari para las elecciones del 5 de abril y nombrara como sustituto a Carlos Iturgaiz. La decisión apenas dejaba margen al exministro de Sanidad a hacer otra cosa que no fuera presentar la dimisión.
En la rueda de prensa posterior a la Junta Directiva regional a la que dio cuenta de su decisión antes de hacerlo público, y visiblemente emocionado, Alonso reconoció que se ha producido "una colisión" con Génova en la forma de entender la política y el propio partido y también en la manera de entender España.
"En el País Vasco somos muy celosos de la defensa de nuestro proyecto político porque lo hemos defendido a costa de nuestra seguridad personal y el sufrimiento de nuestras familias", señaló, reclamando una mayor capacidad de decisión para el partido en Euskadi. En esta línea, subrayó a la "mayoría de edad" de los populares vascos ganada "hace muchísimo tiempo por su coraje, su valentía y su fidelidad a esos principios por encima de su propia seguridad".
El ya expresidente del PP vasco admitió haber podido cometer errores, aunque añadió que siempre ha actuado con "la convicción de lealtad al proyecto común del PP", y confesó que tras perder la confianza del partido era "imposible" seguir liderando su formación, una decisión que no tiene marcha atrás y es irrevocable. Según señaló, el elemento fundamental de su decisión no es que no cuente con el apoyo de sus compañeros en Euskadi. "Sé que tengo su apoyo, pero también sé que no cuenta con la confianza de la dirección del PP en Madrid", explicó.
Tras 24 años dedicado a la política, desde que en 1996 empezara como concejal en Gasteiz, Alonso se ha visto obligado a dejar su cargo tras un cúmulo de encontronazos con la actual dirección. El último, su desacuerdo en colocar en puestos de salida a miembros de Ciudadanos en la candidatura conjunta que ha negociado la dirección popular, algo que Alonso tachó de "inasumible".
El acuerdo con la formación naranja se cocinó en Madrid entre las direcciones estatales de ambos partidos, de espaldas a Alonso, que se enteró por la prensa de los términos del mismo. Fue convocado al día siguiente para participar en una reunión definitiva sobre las listas de la coalición PP-Cs, pero les dio plantón por su desacuerdo a los términos del acuerdo y también por las formas empleadas desde Madrid. Fue el detonante de la ruptura entre Génova y Gasteiz. La pérdida de confianza mutua era total y, peor aún, era pública y notoria. Solo cabía esperar al momento en que Casado moviera la ficha.
No esperó mucho a hacer pública la decisión y depurar a Alonso. El domingo el político vasco viajó a Madrid para reunirse con Casado e intentar in extremis acercar posiciones. Tampoco esta vez se entendieron y esa misma tarde se anunció que le había apartado como candidato a lehendakari. Esa decisión dejaba a Alonso a los pies de los caballos y ayer escribió su última página como presidente del partido en Euskadi.
Alonso aclaró que es "favorable" a la coalición con Cs, pero precisó que buscaba un acuerdo político más amplio. "Vuelvo a manifestar que nosotros no podemos negociar un proyecto político. Podemos fortalecerlo pero no renunciar a él ni a su carácter esencialmente nacido de la tierra y de los propios compañeros de la Junta directiva, de los afiliados y militantes del País Vasco porque también toman sus decisiones", apuntó.
Tras asegurar que en esas condiciones "no era razonable" seguir en la presidencia del partido en Euskadi, subrayó que el PP vasco es su "casa y el mundo al que pertenezco", por lo que continuará siendo militante, aunque reconoció que todavía no sabe a qué se va a dedicar. "Doy las gracias por todos estos años a todo el mundo, sobre todo al PP, por habernos permitido esta aventura increíble de la política", apostilló el dimisionario político.
El PP vasco inicia ahora su reorganización interna para afrontar la campaña a las elecciones vascas tras la dimisión de Alonso como presidente del partido, cargo que asumirá temporalmente Amaya Fernández, y el nombramiento de Carlos Iturgaiz como candidato a lehendakari. El congreso para la designación del nuevo líder del partido no será antes de las elecciones del 5 de abril. Sin embargo, las candidaturas electorales deberán registrarse ante la Junta Electoral vasca antes del 2 de marzo.
De cara a la confección de las candidaturas Génova lleva el timón y previsiblemente introduzca cambios respecto a los planes de Alonso y su equipo. Ganan posibilidades los dirigentes que en los últimos meses han defendido las posiciones de Casado, en especial concentrados en Bizkaia y algunos cuadros de Gipuzkoa. En Araba, donde más militantes tiene el partido, la mayoría de dirigentes ha secundado a Alonso.
Hasta que se celebre un congreso. La secretaria general del PP de la CAV, Amaya Fernández, presidirá el partido hasta que un nuevo congreso de la formación elija al sustituto de Alfonso Alonso, según reveló la parlamentaria popular Nerea Llanos tras la reunión de la Junta Directiva regional en Gasteiz. Esta determinación se adoptó después de que el ya dimitido líder de los populares vascos comunicase a la plana mayor del partido su determinación de abandonar la presidencia de la formación, tras ser apartado por Pablo Casado como candidato a lehendakari. Fernández ha sido una fiel defensora de Alonso hasta el último minuto.
Amaya Fernández, líder interina
relevo