barcelona - La profunda conmoción en la que se ha sumido Catalunya tras los atentados yihadistas ha provocado todo tipo de especulaciones sobre el referéndum de independencia previsto para el 1 de octubre. El president, Carles Puigdemont, trató de disiparlas ayer asegurando que el planteamiento se mantiene y el referéndum se celebrará. De ese modo descartó las interpretaciones de que un plebiscito, y más aún si es unilateral, consuma demasiados esfuerzos y no sea compatible con afrontar un reto de calado como la atención a las víctimas y la prevención de nuevos atentados. Frente a quienes apuntan que la ruptura unilateral puede desencadenar un escenario de inestabilidad que ahora no sería conveniente, Puigdemont trasladó que su gobierno puede atender varias gestiones al mismo tiempo sin que eso suponga una merma para la seguridad de los catalanes ni relajar el nervio en la persecución del delito.

Puigdemont y el presidente español, Mariano Rajoy, se vieron ayer las caras en el marco de la reunión del gabinete de crisis en la sede de la Consellería de Interior de la Generalitat. Ofrecieron una imagen de unidad que no han podido escenificar en la resolución del conflicto territorial. Los dos dirigentes, enfrentados por la cuestión del referéndum, se escucharon ayer con atención para coordinar esfuerzos policiales, y se situaron uno al lado del otro en la comparecencia ante los medios de comunicación.

En una entrevista concedida a Onda Cero, el president aseguró sobre el referéndum que “todo se mantiene”. “No creo que tenga absolutamente nada que ver”, recalcó. Puigdemont criticó que se mezcle el proceso soberanista con “lo que debe ser una prioridad de respuesta ante la amenaza terrorista y la atención a las víctimas”. “Es muy desagradable que en un momento de dolor se aproveche para hacer una política de este nivel”, lamentó.

Como muestra del compromiso de su gabinete con la lucha antiyihadista, recordó que el propio Govern peleó para renovar la plantilla de los Mossos d’Esquadra, convocar la Junta de Seguridad entre ambos gobiernos, y que los agentes catalanes estuvieran presentes en organismos internacionales, porque eran conscientes del nivel de amenaza que se cernía sobre el territorio y conocían el alcance de la radicalización de algunos de sus colectivos islamistas. “Lo hacemos por este compromiso”, dijo.

En los últimos años se han registrado 186 detenidos por delitos relacionados con el yihadismo en el Estado español. De ellos, un importante número, 62, fueron capturados en Catalunya. La inmensa mayoría se focalizó precisamente en Barcelona, con 50 detenciones. Puigdemont aseguró que su gobierno ha insistido durante todo este tiempo “de manera muy expresiva” en aumentar los efectivos y atribuciones de los Mossos, hasta que lo consiguieron hace unas semanas. “Cuando convocamos 500 plazas de Mossos d’Esquadra y se impugnan, y cuando pedimos que estén presentes en organismos internacionales donde se coordina toda la acción antiterrorista, lo hacemos por este compromiso”, recalcó Puigdemont. Se va a mantener en contacto permanente con Rajoy para abordar cualquier eventualidad.

El presidente español, por su parte, se deshizo en apelaciones a la unidad. Pidió a la Generalitat que ambos gobiernos sean capaces de “trabajar juntos” y “como un equipo” contra el primer problema de Europa, según dijo. En una declaración institucional tras presidir la reunión del gabinete de crisis, ofreció su absoluta colaboración sin fisuras al president. “Que sepan que la ayuda del Gobierno la tendrán siempre”, recalcó. En cualquier caso, el presidente español quiso dejar un resquicio para el optimismo y aseguró que el Estado español ya tiene una “batalla ganada”, en referencia a ETA. Rajoy dijo que con sus atentados se sufrió “mucho”, y que ahora también se puede derrotar al yihadismo. “Ganaremos también esta batalla”, añadió.

el calendario Esta apelación a la colaboración policial se produce en paralelo al enfrentamiento por el referéndum de independencia. El Parlament estudia las vías para aprobar la ley con la que pretende dar cobertura al plebiscito, e intenta darle vía libre sin que el Gobierno español detecte sus movimientos y pueda tumbar la norma. Incluso se baraja la posibilidad de aprobarla vía decreto del Govern. El próximo 11 de septiembre tendrá lugar la celebración de la Diada, que en los últimos cuatro años ha sido multitudinaria y a favor del derecho a decidir y la independencia. La manifestación se va a celebrar ahora menos de un mes después de los luctuosos atentados. A pesar de la conmoción, los catalanes mostraron ayer su entereza y trataron de regresar a la normalidad desde el recuerdo a las víctimas.

La campaña del referéndum, por su parte, arrancará el 15 de septiembre. A partir de entonces se redoblará la movilización de los partidos soberanistas a favor del sí a la independencia. Existe el riesgo de que el debate sobre la seguridad y el terrorismo se cuele en los mensajes políticos, aunque por el momento nadie ha cruzado esa línea y las declaraciones en ese sentido se han planteado a nivel de análisis entre bambalinas sin que hayan dado el salto al barro de la contienda entre formaciones.

De momento, la consigna es la unidad política. El propio PDeCAT asistirá el lunes a la reunión del pacto antiyihadista a pesar de sus discrepancias con su contenido. Acudirá como observador, al igual que el PNV y Podemos.