El cairo. El vicepresidente del Tribunal Constitucional egipcio, Maher Semi, dijo ayer que no se someterá a ninguna presión y seguirá trabajando pese a la decisión del mandatario, Mohamed Mursi, de blindar sus poderes ante la justicia. En una rueda de prensa, Semi aseguró que el tribunal es "consciente de los límites de sus competencias" y "superará las tentativas que pretenden obstaculizar su papel en la protección de las libertades y los derechos del pueblo".
"El tribunal no está asustado por ninguna amenaza ni chantaje, no se someterá a ninguna presión y está dispuesto a enfrentarse a ellas, sea cual sea el precio a pagar", sostuvo el vicepresidente y portavoz del alto tribunal. El Constitucional reaccionó así ante la polémica acta constitucional emitida por Mursi que establece que las decisiones presidenciales son definitivas e inapelables ante la justicia hasta la entrada en vigor de una nueva Constitución.
Respecto a la Asamblea Constituyente, que el islamista declaró indisoluble en el mismo decreto, el Tribunal Constitucional tiene previsto pronunciarse próximamente sobre la validez de dicho órgano, cuya composición ha sido recurrida por decenas de demandas. En medio de la polémica suscitada, los miembros de la asamblea votarán hoy el borrador de la nueva Carta Magna, envuelto en polémica al considerar los grupos liberales que su redacción ha sido monopolizada por los islamistas. Durante la sesión ayer del órgano, su presidente, Hosam al Gariani, afirmó que hoy "será un día maravilloso en la historia de la asamblea".
Semi criticó que las propuestas hechas por el Constitucional ante la actual asamblea no han sido tenidas en cuenta, lo que en su opinión muestra que "desde el principio había intenciones contrarias a la independencia de la corte". El vicepresidente del alto tribunal lamentó la situación actual que vive Egipto y destacó que todavía están analizando el acta presidencial y las denuncias presentadas en su contra.
Con esa resolución, Mursi asesta un duro golpe a la separación de poderes en el Egipto posrevolucionario y parece buscar acabar con la incómoda oposición mostrada hasta ahora por la cúpula del Poder Judicial. El Tribunal de Apelaciones de Egipto decidió ayer suspender su actividad hasta que se anulen esas decisiones del jefe de Estado, al igual que pidieron en la víspera decenas de miles de personas se manifestaron en el centro de El Cairo y otras ciudades del país. Los manifestantes también reclamaron el fin del dominio de los islamistas, en especial el que ejercen en la Constituyente.
Condena El Tribunal Penal de El Cairo condenó ayer en rebeldía a pena de muerte al pastor estadounidense Terry Jones y a siete cristianos coptos residentes en EE.UU. por su implicación en la producción y difusión del vídeo sobre el profeta Mahoma. Una fuente judicial informó de que la corte remitió el expediente al muftí de Egipto, el jeque Alí Gomaa, la máxima autoridad religiosa del país, quien debe confirmar la sentencia. El tribunal fijó para el próximo 29 de enero la vista en la que se pronunciará el fallo definitivo. Los condenados, entre los que figura el supuesto productor de la cinta, están acusados de ofender al islam y dañar la unidad nacional de Egipto.