el cairo. Al menos veinte personas murieron ayer por disparos de las fuerzas de seguridad en las manifestaciones que como cada viernes pidieron la caída del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, informaron los opositores Comités de Coordinación Local. Según ese grupo, ocho civiles perdieron la vida en la ciudad de Homs, mientras que otras siete personas fallecieron en la localidad de Kanaker, ubicada en la provincia oriental de Rif. Asimismo, en esa misma provincia, en la población de Sebqa, perdió la vida otro civil, y otras dos personas murieron en la ciudad de Hama, en el centro del país, indicó la organización opositora. La lista se completa en la meridional provincia de Deraa, donde dos personas fueron asesinadas a tiros por francotiradores del régimen cuando intentaban huir del país en dirección a Jordania.
Las muertes de ayer se suman a las veinte registradas el jueves, todo ello cuando han pasado menos de dos días desde que Damasco se comprometiese a cesar la violencia en un acuerdo con la Liga Árabe. Los manifestantes sirios critican las promesas del régimen de Damasco, que el miércoles aceptó el citado plan, por el que se comprometió a cesar la violencia, liberar a los detenidos durante las protestas y abrir sus fronteras al escrutinio de observadores árabes y de la prensa internacional. Además, la iniciativa, que fue recibida con escepticismo por los grupos opositores, estipula el repliegue de ciudades y barrios del país de "toda presencia armada".
amnistía Al respecto del acuerdo con la Liga Árabe y en paralelo a esta nueva jornada sangrienta, el Gobierno sirio ofreció ayer a los opositores al régimen que se hayan levantado en armas pero no tengan delitos de sangre, una amnistía inmediata si se entregan en las comisarías del país. En un comunicado difundido por la agencia oficial Sana, el Ministerio del Interior instó a "los ciudadanos implicados en el transporte, la venta, la distribución o la financiación de la compra de armas, y que no hayan cometido delitos de asesinato", a que se entreguen "en las comisarías más cercanas". Las autoridades dieron un plazo de una semana, desde hoy, hasta el próximo sábado 12 de noviembre, para cumplir con esta demanda. Aquellos que se entreguen en este período y devuelvan también sus armas "serán puestos en libertad pronto, y esto será considerado una amnistía general para ellos".
Según el comunicado, este proceso se debe a que el Estado quiere "dar una oportunidad a aquellos que hayan sido engañados" y pretende además restablecer la seguridad pública ante la llegada de la Fiesta del Sacrificio, una de las más importantes del calendario musulmán, que comienza el domingo.