abría que preguntar a los que saben de las cosas médicas si con las vacunas, a los viejillos de nuestro querido templo del cortado mañanero les podrían dar también unos tranquilizantes para elefante, porque estos días vuelan los cuchillos por ese sitio que da gusto. Menos mal que hay que estar sentado y es fácil esconderse bajo la mesa. ¡Cuerpo a tierra! La cuestión es que han leído en la prensa que en el Ayuntamiento de Vitoria están tan, tan, tan ocupados con todos los problemas de la ciudad y sus habitantes que la gran preocupación política del momento es quién puede salir o no con la bandera de la ciudad en las ruedas de prensa. Bien, me es del todo imposible reproducir la lista de dulces, amables, cercanos y cariñosos adjetivos dedicados por los venerables a los componentes del Consistorio, más que nada porque se me puede presentar la autoridad policial en la puerta del periódico a la voz de ya. Tampoco mencionaré los usos alternativos y un tanto escatológicos que alguno ha propuesto para el estandarte en cuestión. Me quedo con uno de los jóvenes, quien, como buen seguidor de la serie The Big Bang Theory, quiere que en la Casa Consistorial hagan unos programas especiales de Diversión con Banderas por aquello de llevar el sainete hasta el final.