l domingo por la noche me convertí en uno de los casi tres millones de personas que se colocó delante del televisor para presenciar el espeluznante documental sobre Pau Donés. Hay que estar hecho de una pasta muy especial, desde luego, para dos semanas antes de fallecer por culpa de un cáncer terminal contar con pelos y señales qué siente uno en un momento así. En una entrevista desgarradora pero también enriquecedora que puede cargar de moral a las miles de personas que pasan a diario por este amargo trago, el ya fallecido músico catalán dejó para el recuerdo varios mensajes que todo el mundo debería interiorizar. "Cuando aceptas que la muerte va contigo, estás más tranquilo. La vida son cuatro días, y ya han pasado tres. No estemos de mala leche, querámonos. Vive el momento, no pensando en el futuro. Y no tengamos miedo. Lo que tenga que ser, será", reconoció con un discurso emocionante. Lleno de optimismo, con una firmeza que impactaba y sin derramar ninguna lágrima pese a lo que estaba por venir, Pau quiso normalizar una enfermedad fatal que tantos quebraderos de cabeza produce. Supongo que el mensaje subliminal para que los políticos inviertan más dinero en investigación también estaba detrás de esta lección de vida.