Es de todos conocida la importancia que el Papa Francisco dio a los asuntos económicos y sociales y su preocupación por las debilidades del sistema económico vigente, en especial por las importantes desigualdades que genera y de las que deriva el descarte de muchas personas del planeta. Así como es conocido su interés en superar por parte de la Iglesia lo que denomina el pecado del habríaqueismo, “con un exceso de diagnóstico, que se limita a decir lo que habría que hacer y que debería ir acompañado de propuestas realmente aplicables”.
Ante esta situación, insistía en que se necesitan iniciativas conjuntas y compartidas, incluso a nivel internacional y subrayaba que “hace falta sacar consecuencias prácticas de los grandes principios sociales para que no se queden en meras generalidades y para que puedan incidir eficazmente también en las complejas situaciones actuales”.
Pero quizás no sean tan conocidas las instituciones que alumbró y apoyó para, precisamente, no quedarse en palabras, e incidir en cambios en el sistema económico, siquiera con un horizonte de muy largo plazo.
En ese sentido, si al Papa Juan Pablo II se le asocia con el fin del comunismo como sistema económico y la caída del emporio de la URSS como referente político y social para el mundo, las intervenciones del Papa Francisco han coincidido con grandes cambios, al menos en los principios rectores, de las instituciones empresariales más importantes del mundo. Así, Business Roundtable, probablemente el lobby empresarial más influyente de USA, tomó en el 2019 la decisión histórica de abandonar el principio vigente en los últimos 50 años según el cual el único propósito de las empresas debería ser proporcionar el máximo valor al accionista. Dicho propósito, auténtica Biblia de los negocios durante décadas y norte de las enseñanzas en las Escuelas de Negocios de todo el mundo (incluidas las regidas por instituciones católicas, todo hay que decirlo), había sido alumbrado por el famoso Premio Nobel de Economía y líder de la Escuela de Chicago, Milton Friedman y era sustituido por el de ofrecer una satisfacción equilibrada a los distintos stakeholders de la empresa y no tener en cuenta sólo a los accionistas.
Algunos de sus miembros, en una colaboración novedosa de líderes empresariales que se dicen inspirados precisamente por la guía moral del Papa Francisco y entre los que se cuentan las fundaciones de multinacionales tan importantes como la Compañía de Seguros Allianz o la consultora Ernst and Young y que dan empleo a más de 200 millones de personas en el mundo, se han mostrado dispuestos a aprovechar su influencia y recursos para contribuir a un sistema económico que sea más justo, responsable y sostenible y a unas sociedades más fuertes, justas y colaborativas a fin de, en última instancia, mejorar la vida de millones de personas en el mundo.
Se plantean avanzar hacia un sistema con un enfoque que proporcione igualdad de oportunidades para que todas las personas busquen su prosperidad y desarrollo humano y equidad en la sociedad para con aquellos más desfavorecidos por la fortuna.
También personas referentes a nivel mundial como Michel Camdessus, exdirector general del FMI, y católico ferviente seguidor de Francisco, han abordado el problema de la desigualdad destacando las graves consecuencias sociales, económicas y políticas que está generando, con el preocupante crecimiento de los populismos en USA y en Europa.
Pero quizás el movimiento que más genuinamente recoge las orientaciones de Francisco es el denominado Economía de Francisco, que se estructura en 12 grupos que están reflexionado sobre distintos aspectos de la vida económica y social, tales como el cambio climático, la energía sostenible, el impacto medioambiental, la empresa humanista, la igualdad de la mujer, paz y reconciliación, el sentido de la gratuidad.
En su lanzamiento a nivel mundial, con la presencia del Papa Francisco en persona, fuimos invitados a presentar como propuesta de futuro un modelo de empresa que sirviera para conciliar el desarrollo humano y la competitividad empresarial y que contó con una excelente acogida. Y de cuyo Hub Vasco el próximo día 27 del presente mes se cumplirán ya 4 años desde su constitución, bajo el paraguas institucional de Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa e, indirectamente así, de las diócesis vascas.
En cualquier caso, sea debida la coincidencia de movimientos tan dispares a la retórica o a la necesidad de evitar la quiebra del sistema, es importante que organizaciones mundiales asuman su responsabilidad en la sostenibilidad del sistema económico y del planeta. Y que lo hagan como consecuencia tanto de la presión del mercado como de consideraciones morales extraídas en este caso del Papa que acaba de fallecer.
Queda por ver la capacidad de estas iniciativas de provocar cambios reales en la compleja realidad socio-económica mundial, pero entendemos que merecen ser trabajadas, recogiendo así el testigo de un Papa profundamente comprometido en la mejora del sistema económico vigente.
Presidente de Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa