Hasta Meta se autorregula
Soy consciente de que Meta solo quiere hacer más atractivo sus productos y sus marcas, pero es evidente que en la empresa de WhatsApp, Instagram y Facebook son conscientes, por su parte, de que la regulación en Internet es imprescindible. En la misma semana en la que sabemos que no permitirá a medios como Russia Today difundir propaganda, Meta anuncia un Instagram para menores de 16 años. Es decir: si sale adelante el proyecto de Ley del Menor del gobierno español, ni en España ni en Euskadi lo veremos porque propone elevar la edad legal de acceso de los 14 a los 16, y quien mienta accederá directamente en el Instagram tradicional.
¡Claro que resulta preocupante!
El trabajo de Ko Narin en Corea del Sur, y que recogen en Xataka, vuelve a poner sobre la mesa algunas cuestiones atávicas a Internet: la tecnología que permiten colocar la cara que queramos en un vídeo que ya existe se ha convertido en un problema en algunas universidades de aquel país por la cantidad de montajes con los rostros de alumnas en secuencias pornográficas. A saber: la regulación, el acceso de cualquier persona a cualquier aplicación, que estas generen contenido potencialmente peligroso, que pueda almacenarse en los teléfonos y que herramientas como Telegram (sí, otra vez) permitan difundirlo.
Una aportación
Una de las señales más claras que ha recibido mi mente de que me hago mayor es que estoy de acuerdo, en líneas generales, con Enrique Dans. Su blog ahora es hasta un pequeño refugio para mí, y su post sobre cómo alguna inteligencia artificial ha permitido vulnerar en parte la estupidez humana me ha reconciliado momentáneamente con la tecnología y las personas. DebunkBot es un chatbot desarrollado con inteligencia artificial y especializado en conversar con negacionistas y fans de la conspiración (incapaces de hablar con humanos, añado yo), y que habría conseguido disminuir las creencias erróneas de estas personas en un 20%.
Primero fueron a por las y los fotógrafos
No creo que el Diario de Burgos sea el primer periódico que use en España una imagen generada por inteligencia artificial, pero la denuncia en Photolari es pertinente: podíamos esperar que las y los fotógrafos fuesen los primeros afectados por la generación de imágenes sin coste. Pero redactoras, redactores y columnistas no tardaremos nada en ser reemplazados. Después irán las y los diagramadores y, ¿por qué no?, quienes toman las decisiones de contenidos y enfoques: si un algoritmo sabe lo que le gusta a tu público, ¿a quién necesitas? Depende de nosotras y nosotros frenarlo. Nadie lo pide al otro lado.
Más allá de Internet
Hemos hablado de aplicaciones y de inteligencia artificial, y ahora doy un paso más allá y hablo de la tele. La de toda la vida, la lineal, esa que ofrece el contenido a una hora concreta, después y antes de otros contenidos y, a veces, hasta con publicidad. Porque si algo está dejando claro David Broncano es que los nuevos públicos también pueden ver la tele si les das en abierto el contenido que no todos pueden ver de pago: no es que El Hormiguero haya perdido audiencia, es que La1 atrae a nuevos espectadores, como explican en EPE. La Revuelta y la Eurocopa han devuelto a la chavalada al sofá y “la caja tonta”. Y esta es una buena noticia.